Turismo Farmacéutico

Museo de la Real Academia de La Farmacia

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Quienes pasen por Madrid podrán visitar una farmacia de 1876, de estilo neogótico, que fue reconstruida para su exhibición. En las mismas instalaciones también se exhiben numerosos objetos que fueron característicos de la profesión farmacéutica en los siglos XIX y XX.

A fines del Siglo XIX, la evolución de la profesión farmacéutica generó la necesidad, entre los boticarios españoles, de crear un museo que sirviera como testigo de la constante evolución de la profesión. Fue así como en 1891 se creó el Museo de la Real Academia de La Farmacia, que desde 1994 se encuentra instalado en su sede actual: Calle de la Farmacia 9-11, Madrid.

Una de las joyas de este museo es la reconstrucción de una farmacia inaugurada en 1876, de estilo neogótico, muy de moda en aquella época. En 1925 su dueño la vendió a otro farmacéutico, pero en 1948 se cerró al público. Todos sus bellos anaqueles y sus albarelos (jarros decorados a mano; se destacan los de cerámica de Talavera del Siglo XVIII) se fueron deteriorando. El lugar estuvo a punto de ser derribado, hasta que en 1994 la Real Academia decidió su adquisición y restauración y gracias a ello hoy en día se la puede disfrutar.

Esta farmacia recreada está conformada por la botica (el salón de atención al público) y la rebotica (la trastienda). Ambos lugares fueron revestidos con madera de pino, con sus estantes repletos de botes de porcelana blanca y de cristal tallado, de todos los tamaños, en los que se iban reponiendo los diferentes medicamentos que se despachaban por entonces. También se conserva la mesa que servía como mostrador, de madera de limoncillo y tablero de mármol.

Datos útiles

El Museo de la Real Academia de La Farmacia funciona de lunes a miércoles de 11 a 14 hs. Para visitarlo es necesario pedir turno, escribiendo a presidencia@ranf.com o llamando al teléfono +34-9-1531-0307.

En el resto del museo se despliega instrumental científico de distintas épocas. Así, se puede observar un colorímetro, un barómetro, una balanza de torsión, un estuche con equipamiento para medir el pH y una colección de instrumental de cobre. Resulta llamativa la presencia de un nefelómetro, instrumento destinado a medir partículas suspendidas en un líquido o en un gas. También hay un picnómetro (empleado para medir el peso específico de los líquidos) y un polarímetro, usado para comprobar la pureza y concentración de elementos como glucosa, fructosa y sacarosa.

La correcta medición de los componentes de los medicamentos fue siempre un gran desafío para los farmacéuticos. Este museo da cuenta de la evolución de los métodos de pesaje a través de balanzas de precisión, una balanza romana, cajas de pesas de distintos tamaños y otros instrumentos utilizados en los siglos XIX y XX.

Para los amantes del arte, en el segundo piso se encuentra una magnífica colección de grabados japoneses temáticos, donados en el año 2008.

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