Los profesionales de farmacia locales tienen su propio día: el 12 de octubre, fecha en que se conmemora la creación de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA).
Con 32 establecimientos cada 100.000 habitantes, Argentina es el cuarto país con mayor cantidad de farmacias per cápita en Latinoamérica, detrás de Ecuador, Colombia y Uruguay.
Hoy nuestro país cuenta con más de 20.000 farmacéuticos activos. Los años de pandemia contribuyeron a revalorizar su rol, especialmente durante la cuarentena, donde las dificultades para acceder a visitas médicas posicionó a la farmacia, más que nunca, como un lugar de consulta accesible a toda la población.
En Droguería del Sud queremos expresar nuestro reconocimiento a los numerosos profesionales del rubro que cotidianamente contribuyen con la salud y la prevención en todos los rincones del territorio nacional.
Una profesión con historia
El 5 de mayo de 1770, presentó sus credenciales ante el cabildo de Buenos Aires el primer farmacéutico (boticario), Don Agustín Pica. Unos años más tarde, en 1782, el Virreinato de las Provincias del Río de la Plata ya registraba 31 boticas establecidas. Nueve de ellas estaban en Buenos Aires, cuatro en Córdoba, dos en Salta y el resto se encontraban repartidas en distintas localidades del país.
Recién en 1854, el gobierno argentino autorizó a la Facultad de Medicina de Buenos Aires a matricular alumnos para cursar estudios específicos en su nueva Escuela de Farmacia.
Más adelante, el 12 de octubre de 1935, un grupo de farmacéuticos dirigentes de entidades primarias decidieron reunirse en la ciudad de Rosario para crear una entidad de segundo grado que uniera a las instituciones representativas de los profesionales de farmacia en todo el país. Así surgió la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA). Desde entonces, el 12 de octubre se celebra el Día del Farmacéutico Argentino. Una fecha que pasó a cobrar una significación especial a partir de 1957, cuando la Universidad de Buenos Aires (UBA) votó favorablemente la creación de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, que se concretó mediante el Decreto 5292/57.
A los farmacéuticos argentinos, ¡salud!