Los antihistamínicos –cuyas ventas resurgen en esta época del año– son vitales para muchas personas, por lo que su piso de consumo se mantiene alto.
En los doce meses a julio de este año, los productos antialérgicos vendieron en las farmacias argentinas 10,3 millones de unidades. Si bien se registró una leve caída en relación al año anterior (donde se vendieron 11 millones), la cifra está por encima del 2020 y 2021, donde se expendieron 9,2 y 9,4 millones de unidades respectivamente.
Ese volumen de ventas se debe en parte a la considerable prevalencia de este problema. El 20% de los argentinos de hasta 55 años padecen rinitis alérgica, según el primer Estudio de Prevalencia en Argentina de esta enfermedad, llevado a cabo por el Ministerio de Salud de la Nación.
El segmento recetado, que históricamente dominó la categoría viene en recuperación. Tras su fuerte caída en 2020 debido a la pandemia, los productos antialérgicos éticos fueron recuperando terreno, y hoy representan más de la mitad de las ventas en unidades (dos años atrás, daban cuenta de apenas el 32%). En la facturación en pesos y ya superaron el 70%.
En julio de este año, el precio promedio de los antihistamínicos era de 972 pesos. En el mismo mes del año pasado, había sido de 515 pesos. Eso marca un incremento de casi 89%, que estuvo por debajo del aumento inflacionario.
A continuación, siguen algunos datos clave para entender el funcionamiento de esta categoría:
■ El 9% de las ventas de antihistamínicos se producen a partir de la recomendación de un farmacéutico. Los principales recomendadores son los médicos, responsables del 73%.
■ Los antialérgicos representan la cuarta categoría de OTC con mayor presencia en los botiquines de los argentinos, luego de los analgésicos, los productos para malestares digestivos y los antigripales, según un estudio de la Cámara Argentina de Medicamentos de Venta Libre (CAPEMVeL).
■ La demanda de antialérgicos tiene una baja elasticidad, debido a su alto impacto sobre la calidad de vida de muchas personas.