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Claves para una comunicación eficaz con los pacientes (y qué errores evitar) 

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En el pasado, la formación de los farmacéuticos se centraba en ofrecer orientación y dar instrucciones a los pacientes, abordando la comunicación como un proceso mecánico, más que como un diálogo bidireccional.  

Sin embargo, diversos estudios han demostrado que una comunicación efectiva por parte de los farmacéuticos es crucial para mejorar el uso de medicamentos y garantizar mejores resultados terapéuticos. 

En este contexto, la empatía juega un papel fundamental ya que permite al farmacéutico comprender mejor las preocupaciones y necesidades del paciente, y adaptarse al corto tiempo disponible durante la consulta

Cuando los pacientes confían en su farmacéutico o profesional de salud, tienden a compartir más información. De esta forma, una comunicación de calidad fomenta una mayor autonomía del paciente y facilita la toma de decisiones compartida. 

Para lograr una comunicación más eficaz y empática, tené en cuenta estos consejos: 

  • Sonreí, presentate y utilizá un lenguaje corporal abierto, como mantener contacto visual y una ligera inclinación hacia adelante. 
  • Escuchá activamente. Hacé preguntas abiertas y demostrá interés en lo que el paciente dice. Reflexioná sobre lo que el paciente ha dicho para asegurarte de entenderlo correctamente. 
  • Sé empático. Respetá las opiniones, creencias y sentimientos del paciente sin emitir juicios y sin interrumpir. 
  • Al finalizar la consulta, resumí los puntos clave y ofrecé tu ayuda al paciente. Evitá preguntas cerradas como “¿Tenés alguna pregunta?”, ya que son menos efectivas para fomentar un diálogo. En su lugar, proponé preguntas abiertas, como: “¿Te gustaría que repitiera o aclarara algo?”. 

También es importante ser consciente de los errores más comunes a la hora de comunicar. A continuación, algunos de ellos: 

  • Hacer suposiciones. No hay que asumir que sabemos para qué pide el paciente cierto medicamento. Es mejor preguntar los detalles al paciente sobre su petición o su medicación, por muy obvios que puedan parecer. 
  • Abusar de los tecnicismos. Un vocabulario difícil puede confundir al paciente y frustrarlo, lo que puede provocar un mal uso del medicamento o que no se tenga en cuenta el consejo farmacéutico. Por eso es importante usar un lenguaje claro y comprensible. 
  • Perder las formas. Hay muchas ocasiones en las que el paciente puede enojarse o decir comentarios inadecuados, aunque la causa esté fuera del alcance del farmacéutico. No obstante, ponerse nervioso y discutir con el paciente es contraproducente y suele generar más tensión. Es importante manejar la situación con tacto y usar un tono de voz firme y relajado

Mejorar las habilidades comunicativas no solo representa un avance profesional, sino que es clave para garantizar una atención que favorezca la salud y bienestar del paciente. 

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