Salud

La “depresión invernal” y cómo contrarrestarla

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La menor disponibilidad de sol, el acortamiento del día y el frío generan a veces emociones negativas. El farmacéutico puede brindar consejos que ayuden a sobrellevar mejor esa situación.

El invierno no viene solo. Para muchas personas, llega acompañado de una sensación de malestar, que se acrecienta a medida que las noches se alargan y los días se acortan. Puede manifestarse como una forma leve de depresión, desánimo o retraimiento y pérdida de interés por las actividades sociales o recreativas habituales. Si la persona tiene tendencias depresivas, se potencia la sensación de depresión.

En parte, este fenómeno (conocido técnicamente como trastorno afectivo emocional) ocurre por la menor disponibilidad de luz solar, lo que lleva a que el cuerpo produzca más melatonina (la cual estimula el sueño; de hecho, muchos suplementos relajantes de venta libre incluyen ese principio activo) y menos serotonina (que combate la depresión).

Si los síntomas son serios e impiden a la persona llevar a cabo su vida normal, o si se acercan a una situación de depresión manifiesta, es importante recomendar ayuda profesional. Un terapeuta o un psiquiatra, podrá evaluar la situación y recomendar los pasos a seguir.

En casos más superficiales, los principales consejos que se pueden ofrecer son:

Aprovechar todo lo posible la luz del día. Realizar las tareas cotidianas que impliquen salir al exterior durante las horas de mayor luz solar.

Hacer ejercicio físico con regularidad. Eso acelera el metabolismo y segrega endorfinas (llamadas “hormonas de la felicidad”, porque contribuyen a generar una sensación de bienestar).

Dormir al menos ocho horas durante la noche.

Mantener actividades sociales recreativas; reunirse con amigos y familiares y hacer planes para disfrutar en compañía.

Suplementos útiles

Existen algunos suplementos de venta libre que pueden contribuir a aliviar los síntomas de este problema. Especialmente, aquellos que incluyen los siguientes principios activos:

Acidos grasos omega-3. Varios estudios demostraron que los suplementos de omega-3 pueden ayudar a mejorar síntomas depresivos.

Vitaminas B. Las vitaminas B juegan un papel importante en la función neurológica y la regulación del estado de ánimo, que ya resultan necesarias para la producción y regulación de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina.

Vitamina D. Distintos estudios clínicos corroboraron quela suplementación con vitamina D (sobre todo en personas que tienen déficit de la misma) puede tener un efecto positivo sobre el estado de ánimo.

Zinc. La deficiencia de zinc está fuertemente relacionada con un mayor riesgo de depresión.

Magnesio. Varias investigaciones indican que la suplementación con magnesio puede ser positiva para personas con depresión o decaimiento anímico.

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