La preocupación por el bienestar animal trasciende al veganismo e incluye a los consumidores preocupados por el medioambiente, impulsando una tendencia que gana terreno en todo el mundo.
Para los amantes de los animales, abril es un mes clave. El 24 de este mes se celebra el “Día Mundial del Animal de Laboratorio”, que busca concientizar sobre métodos alternativos de testeos de productos que eviten la crueldad animal. Pero además, el 29 se conmemora en Argentina el “Día del Animal”, que evoca el fallecimiento del abogado Lucas Albarracín, impulsor de la Ley Nacional de Protección de Animales de 1891.
Por ende, abril es el mes clave para promover los productos cosméticos cruelty-free, que vienen creciendo a nivel mundial a un ritmo acelerado.
-¿Qué es la cosmética cruelty-free?
La denominación abarca a todos aquellos productos cosméticos cuyo proceso de desarrollo o elaboración no involucra testeos en animales que causen a los mismos sufrimiento, dolor o daño. El movimiento cruelty-free propone la adopción de otras alternativas de testeos, como el uso de piel artificial, el cultivo de células in vitro y softwares basados en big data que predicen la toxicidad oral y la irritación cutánea y de ojos.
-¿Cómo se vincula con la cosmética vegana?
Son dos temas emparentados, pero diferentes. Los cosméticos veganos son aquellos que no contienen en su fórmula ningún tipo de ingrediente de origen animal. De esta manera, un producto puede ser cruelty-free pero no vegano, y viceversa. En general, los veganos y quienes practican el llamado “consumo ético”, o “consumo consciente” buscan productos que cumplan plenamente con ambos requisitos.
-¿Qué tipo de productos abarca?
La denominación cruelty-free surgió en los años 50, pero cobró notoriedad en la última década, y se aplica a numerosas categorías de productos. En la cosmética, incluye artículos de cuidado corporal, capilar y facial; maquillaje; cuidado de manos y pies; protección solar y perfumería. También abarca varios rubros de higiene, como el de los desodorantes corporales.
-¿Cómo se identifican los productos cruelty-free?
En la Unión Europea, los testeos de productos cosméticos en animales fueron prohibidos en 2013. En América Latina, están prohibidos en México y Colombia, y en algunos estados de Brasil.
En Argentina, la Ley Nacional N°14.346 de 1954 prohíbe actos que impliquen crueldad contra animales, pero no incluye los testeos cosméticos. Los productos cruelty-free son identificados a través de sellos o certificaciones ofrecidos por organismos no gubernamentales.
-¿Qué potencial de negocio tienen estos productos? Más allá del veganismo, la cosmética cruelty-free se alinea con los valores de los consumidores preocupados por el medioambiente y la sustentabilidad, lo que amplifica su potencial. De la mano de los millennials y la Generación Z, se estima que la cosmética ecológica crecerá a un ritmo del 10% anual hasta el año 2027.
EN SÍNTESIS
Los productos cruelty-free son atractivos no solo para el público vegano, sino también para quienes se interesan por la cosmética consciente o ecológica. Por ende, tienen un importante potencial de crecimiento.