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Farmacia Figueroa Sobrero: 85 años de vocación comunitaria

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Atendido por su tercera generación familiar, este establecimiento santafesino mantiene un estrecho vínculo con su comunidad, resolviendo las distintas necesidades cotidianas de los clientes de la zona.

La Farmacia Figueroa Sobrero fue fundada el 1° de setiembre 1937 en el barrio santafesino de Villa Guadalupe, más exactamente en General Paz 7431. Hoy, 85 años más tarde, es el comercio más antiguo de la avenida.

Las viejas instalaciones de principios del siglo pasado fueron preservadas y actualizadas, dando paso a un local moderno y atractivo, con 120 metros cuadrados de superficie y góndolas donde se exhiben productos de perfumería y belleza, entre otras categorías. “Mi abuelo, Aquiles Sobrero, trabajó en una importante farmacia hasta que le detectaron un cáncer de colon”, explica Mariano Figueroa, nieto de Don Aquiles, y actual titular. “Fue entonces cuando decidió juntar sus ahorros e instalarse aquí, en busca de tranquilidad”, agrega.

Villa Guadalupe era por entonces un barrio alejado de la ciudad (rodeado de quintas donde se cosechaba verdura) que recién comenzaba a tener algunas casas de fin de semana. Solo se podía llegar en auto o en tranvía.

Aquiles era idóneo; no tenía título universitario, pero estaba legalmente habilitado para trabajar. Cuando falleció, fue velado al lado de la farmacia. Su hija, “Chichita” Sobrero, con dos niños a cuestas, se hizo cargo del negocio, y el farmacéutico José Carli brindó el respaldo legal necesario para seguir adelante.

En 1987, asumió el mando Mariano, egresado de la Universidad Nacional de Rosario, quien luego realizó una maestría en esa misma casa de estudios y otra en la Universidad de Bologna (Italia). A ello sumaría un doctorado en Salud Colectiva, en la Universidad de Lanús.

“Intentamos mantener ese contacto con los vecinos generado por mi abuelo, quien escuchaba las vivencias, alegrías y problemas de los clientes, que lo tomaban como asesor. Seguimos siendo una farmacia de barrio”, afirma Mariano.

Esa impronta lo llevó a estrechar vínculos con organizaciones sociales locales. A fines del año 2000 impulsó la iniciativa Guadalupe Estratégico, desde la Vecinal Central Guadalupe. Durante 18 años fue representante de la comunidad en el Hospital Iturraspe, con el acompañamiento del colegio farmacéutico de la zona.

“Lejos de ser dispensadores de productos, nos esforzamos por resolver los problemas de nuestros pacientes. Muchas veces encuentran grandes demoras para conseguir turnos con los médicos, o tienen problemas con las recetas; les falta una fecha, un sello o la aclaración de la monodroga. En estas instancias, les facilitamos los trámites para que nunca dejen de tener su medicación”, comenta Mariano.

“Somos clientes de Droguería del Sud desde que comenzó a funcionar en la zona”, dice. “Siempre fue la que mejores condiciones nos brindó, lo cual fue fundamental en los momentos difíciles del país. Pero además, a lo largo de todos estos años, nos hicieron sentir acompañados. Y tenemos valores comunes, lo cual para nosotros no es algo menor”.

La farmacia participa activamente en GPSfarma, lo que les permite ofrecer a sus clientes un enorme surtido de productos, en función de sus necesidades  específicas.

El futuro

Si bien están en un proceso de constante modernización, en Farmacia Figueroa Sobrero aspiran a seguir siendo lo que siempre fueron: una farmacia

comunitaria y familiar, comprometida con su entorno. Actualmente, Mariano tiene cinco hijos. Todavía no trabajan en la farmacia, aunque dos de sus hijas ya se comenzaron a vincular. Camila colabora con el mantenimiento y la actualización de las redes sociales, y Rocío proporciona mochilas que ella misma confecciona, y que se venden en el sector de accesorios.

Un equipo comprometido

“En su momento, la pandemia sacó a relucir lo mejor de nuestro equipo de trabajo”, comenta Mariano Figueroa. “Cuando irrumpió, pusimos manos a la obra. La formación universitaria nos dio el profesionalismo necesario para ponernos al frente ante este tipo de situaciones, acompañando a nuestros clientes, conteniéndolos y asesorándolos con información seria y confiable”.

Mariano fue el único de todo el equipo de trabajo que contrajo Covid-19, debido a su concurrencia periódica al hospital. “En ese momento, aislamos al personal que había estado conmigo por la tarde. Solo cerramos la farmacia unas horas para desinfectar; fuera de eso, seguimos operando normalmente. Fue una situación difícil, pero nos dio la satisfacción de sentirnos más necesarios que nunca”.

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