Salud

Diabetes: un desafío para los profesionales de la salud

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Más de 2,5 millones de argentinos padecen esta enfermedad crónica, y cerca del 50% desconoce su diagnóstico. La accesibilidad y cercanía que brindan las farmacias las transforma en un actor clave para la prevención.

El 14 de noviembre de 1885 nació en Canadá Frederick Grant Banting, quien sería médico militar durante la Primera Guerra Mundial, y en 1923 obtendría el Premio Nobel de Medicina por su descubrimiento de la insulina. En 1991, la Organización Mundial de la Salud instituyó la fecha del nacimiento de Banting como Día Mundial de la Diabetes, debido a la necesidad de concientizar sobre esta enfermedad que viene ganando terreno.

Se espera que el año 2030 haya en el mundo 570 millones de personas diabéticas. Hoy este problema afecta a dos millones y medio de argentinos mayores de 20 años, de los cuales el 50% desconoce su diagnóstico, con lo cual corre el riesgo de que la enfermedad avance hasta presentar complicaciones agudas.

Dada su cercanía con el público y su accesibilidad, la farmacia puede cumplir un rol clave en los procesos de detección, asesoramiento y control de las personas con diabetes. Entre sus aportes figuran los siguientes:

Brindar consejos y asesoramiento básico sobre la realización de las pruebas de glucemia.

Ofrecer productos específicos (medidores de glucosa, tiras reactivas) y educar acerca de su uso correcto.

Ayudar a las personas con diabetes a cumplir con las medidas prescriptas por su médico (tanto farmacológicas como de estilo de vida) para controlar la enfermedad y prevenir complicaciones.

En función de los problemas o síntomas que manifiesten sus clientes, el farmacéutico puede facilitar la detección de posibles casos no diagnosticados de diabetes, derivándolos a un médico para su atención clínica.

También puede detectar posibles interacciones medicamentosas, ya que el tratamiento diabético incluye muchas veces el uso de drogas vinculadas con enfermedades concomitantes (hipertensión arterial, problemas de tiroides, daño renal).

Cómo fomentar la adherencia

Al igual que en cualquier enfermedad, la adherencia al tratamiento médico es fundamental. Sin embargo, eso es fácil de decir, pero no siempre es fácil de lograr.

El farmacéutico puede contribuir a compensar los factores que influyen en una baja adherencia, como la depresión tras el diagnóstico; el debut reciente en la enfermedad y las dificultades, en algunas zonas, para acceder al sistema sanitario.

También puede hacer un importante aporte en los tres pilares básicos para controlar la enfermedad:

■ Dieta. Reducir la ingesta calórica; sustituir grasas saturadas por insaturadas; aumentar el consumo de fibras y evitar azúcares añadidos, tabaco y alcohol.

  Ejercicio. Realizar ejercicio en forma diaria (o al menos tres veces por semana), combinando actividades aeróbicas y de resistencia.

  Control de los niveles de glucosa. La adecuada supervisión de los niveles de glucosa por parte del paciente reduce el riesgo de neuropatía y retinopatía diabética.

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