Cerca de 100.000 argentinos mueren por año debido a problemas cardiovasculares. La buena alimentación y el ejercicio físico son factores clave para la prevención.
“Un mundo, un hogar, un corazón”. Tal es el lema del Día Mundial del Corazón, que el 29 de septiembre -según la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- se celebra en 180 países, con el propósito de incrementar la prevención de enfermedades y patologías cardíacas.
Cada año se producen en nuestro país cerca de 100.000 muertes por problemas cardiovasculares, que en muchos casos podrían ser evitables, de acuerdo con los datos del Ministerio de Salud de la Nación. Esa cifra representa el 32% del total de fallecimientos.
En la Asociación Cardiológica Argentina (ACA), señalan queuna de cada tres mujeres fallece por este tipo de patologías, que se transformó en la principal causa de muerte femenina. Especialistas de esa entidad aseguran que las enfermedades cardíacas provocan en las mujeres argentinas más muertes que el cáncer, los accidentes de tránsito y el HIV juntos.
En el Ministerio de Salud, insisten sobre la importancia de incorporar hábitos saludables para mantener un sistema cardiovascular sano, entre ellos reducir el consumo de sal hasta cinco gramos diarios; incluir en la vida cotidiana rutinas que impliquen actividad física (bailar, pasear al perro varias cuadras, lavar el auto); incrementar el consumo de frutas y verduras y no fumar. “La cifra de fallecimientos podría disminuir fácilmente con una buena alimentación y actividad física”, afirman las autoridades sanitarias.
La última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada por la cartera sanitaria nacional reflejó un alto nivel de sedentarismo y obesidad de la población argentina. El porcentaje de obsesos aumentó del 14,5% al 18% en cinco años. Más de la mitad de los argentinos son sedentarios (el 54,9% no realiza los treinta minutos de actividad física diarios recomendados por la OMS); un 30% tiene colesterol elevado, más del 20% sigue fumando y un 33% tiene hipertensión.
Suplementos dietarios
El rol fundamental que cumple la alimentación en la prevención puede ser complementado con una apropiada suplementación. Las farmacias pueden ofrecer varios productos de venta libre y exhibición permitida que representan un importante aporte en ese sentido.
Entre los más vendidos, se encuentran los que proporcionan ácidos grasos Omega 3. Cada vez hay más evidencias de que los mismos reducen la incidencia de infartos de miocardio y, entre las personas que ya han sufrido uno, minimizan la probabilidad de reiteración. Además, ayudan a controlar el colesterol, la presión arterial y los triglicéridos.
Otro ingrediente muy presente en los suplementos es el aceite de chía, una planta originaria de Mesoamérica, que era muy consumida por los aztecas, y que tiene propiedades altamente beneficiosas para el sistema cardiovascular.