La conciencia plena, como se la suele denominar en castellano, puede aportar varios beneficios a los colaboradores de la farmacia, tanto en lo individual como en el desempeño colectivo.
La labor del equipo de las farmacias suele ser ajetreada, y por momentos estresante. Cuando a eso se le suma una cuota de incertidumbre, angustia y temor, como ocurrió en los primeros meses de la pandemia, el impacto psicológico puede ser muy negativo.
Si bien hoy esa situación fue quedando atrás, para lidiar eficazmente con las tensiones cotidianas, existe una metodología que viene ganando terreno en las empresas en todo el mundo: el mindufulness. El término proviene de mind (mente) y fulness (plenitud). Se lo suele traducir como conciencia plena.
Su objetivo es reducir los niveles de estrés en el entorno laboral y aumentar la capacidad de concentración y la productividad de los colaboradores.
Básicamente, se trata de una forma de meditación, acompañada por técnicas de relajación. Esta meditación se focaliza en un objetivo: entrenar la regulación de la atención, para que seamos conscientes de muchas emociones y pensamientos que solemos pasar por alto cuando funcionamos en “piloto automático”. Es decir, el mindfullness nos lleva a focalizarnos en el presente y a identificar lo que nos pasa en el momento.
Google fue una de las primeras empresas en descubrir las ventajas de que sus equipos aprendieran técnicas básicas de mindfullness. Tras someter a miles de sus empleados a un proceso de formación y animarlos a poner en práctica lo aprendido, las reuniones de equipo se hicieron más cortas, productivas y eficientes. Con el tiempo, esta práctica se difundió entre empresas de todo tipo y tamaño, incluyendo a pequeños negocios.
Beneficios
Estas son algunas ventajas de aplicar en uno mismo el mindfulness y difundirlo entre el propio personal:
■ Ayuda a gestionar el estrés laboral.
■ Mejora de la capacidad de liderazgo.
■ Fomenta la inteligencia emocional.
■ Favorece la concentración y ayuda a establecer prioridades.
■ Fomenta la escucha activa entre los compañeros y con los clientes.
Cómo hacerlo
1. Una vez tomada la decisión, conviene explicársela a los colaboradores, para que sepan qué es el mindfulness y por qué se tomó la decisión de difundirlo entre ellos. Y hay que aclararles que será algo voluntario, solo para aquellos que quieran experimentarlo.
2. A partir de allí, conviene contratar al principio a un instructor, para que dos o tres veces por semana, lleve a cabo sesiones cortas, de unos diez o quince minutos.
Para ello, es importante contar con un espacio adecuado. Hace falta un sitio libre de ruidos, con una temperatura entre 18 y 25º, donde no suenen teléfonos ni circulen personas.
3. A partir de allí, se trata de impulsar la práctica de esta técnica en forma individual. Puede ser en el lugar de trabajo (por ejemplo, al llegar) o bien en los propios hogares.
4. Es conveniente realizar cierto mantenimiento, a partir de talleres organizados con periodicidad (por ejemplo, una vez al mes).
Quienes terminen adoptando esta técnica, quedarán agradecidos y tendrán una interacción más productiva tanto con sus colegas como con el público.