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Una farmacia de 70 años que se reinventó con la robotización

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Leyendo la revista Esencia, descubrí que en nuestro país ya había farmacias robotizadas. Me contacté con Droguería del Sud, y a los dos días ya estábamos trabajando para sumarnos”, comenta el farmacéutico Walter Soncini, titular de la farmacia que lleva su apellido.

“Hace tiempo que quería organizar toda la mercadería y manejar el stock más eficientemente. Leyendo la revista Esencia, descubrí que en nuestro país ya había farmacias robotizadas. Me contacté con Droguería del Sud, y a los dos días ya estábamos trabajando para sumarnos”, comenta el farmacéutico Walter Soncini, titular de la farmacia que lleva su apellido, en la localidad bonaerense de Azul.
“Fue un salto a lo desconocido –agrega–. Hasta nos costaba imaginarlo. Recién tomamos conciencia de la magnitud del cambio cuando llegó el primer embarque de Alemania. La siguiente semana se hizo la instalación, y días más tarde llegó el equipo de software”.
Cuando los clientes preguntaban a qué se debía la obra que veían en la farmacia, y les respondían que estaban instalando un robot, muchos pensaban que era una broma. A simple vista, realizar una inversión de ese tipo en una ciudad de 70.000 habitantes, a 300 kilómetros de Buenos Aires, no parecía tener mucho sentido. Hoy, al ver al robot funcionando y preparando sus pedidos (un televisor instalado en el salón lo transmite “en vivo”) no dejan de sorprenderse. “El ahorro de tiempo y la eficiencia que ganamos compensan plenamente la inversión”, dice Soncini.
Inicialmente, la idea del robot causó temor entre algunos colaboradores, que temieron por sus puestos de trabajo. Para tranquilizarlos, Soncini acudió a una metáfora: “Durante décadas, atravesamos varias tormentas en este barco que nos dejaron nuestros padres. Jamás arrojamos a los marineros al agua, ni pensamos hacerlo; por el contrario, queremos que puedan navegar mejor que nunca”.
El mensaje fue comprendido, y terminó de cobrar sentido cuando el robot comenzó a funcionar, y el personal se liberó de varias tareas rutinarias y tediosas –como ordenar y clasificar todos los medicamentos- para dedicar ese tiempo a brindar una mejor atención. Hoy trabajan más motivados, integrando al robot como si fuera un miembro más del equipo.
Otros beneficios del robot fueron:
El stock se comenzó a llevar en tiempo real, lo que derivó en la optimización de toda la gestión operativa, incluyendo las compras.
El control de caducidad de los productos fue automatizado.
Se redujeron errores en la dispensa.
Se aceleró notablemente la atención al público. “El agradecimiento de los clientes por tener que esperar mucho menos tiempo, es una de nuestras
mayores recompensas”, explica Soncini.
La instalación y puesta en marcha del robot se realizó en plena pandemia. “Fueron meses muy estresantes”, rememora el entrevistado. “Durante la
cuarentena, trabajamos con horario de corrido, para reducir la circulación del personal. Además, los separamos en dos grupos, de tal forma que si
había algún contagio, los demás quedaran aislados”.

Tradición y tecnología
“El rubro farmacéutico suele ser conservador. Especialmente en lo que hace a incorporar tecnología de avanzada” reconoce Soncini. “En nuestra
farmacia siempre buscamos superar esas limitaciones mentales y adaptarnos a los avances que se van produciendo”. Un ejemplo de ello fue la adopción temprana de GPSfarma. “Cuando se lanzó esa iniciativa, nos adherimos, porque comprendimos que era una forma de prepararnos para el futuro. Y estábamos en lo cierto; hoy nos permite concretar varias ventas de productos que no tenemos en stock”.

Una actitud abierta
En 1926, en la esquina de Necochea e Irigoyen (Azul) ya funcionaba una farmacia. “Mi padre empezó a trabajar en ella en 1940 a los 12 años, como cadete. Y la terminó comprando en los años 50”, comenta Walter Soncini. “En 1988 me recibí de farmacéutico y me sumé, junto con mi hermana”, agrega.
La tercera generación está representada por su hija, Juana, que este año se graduó en la carrera de Farmacia y se incorporó al equipo. “Hoy trabajamos juntos para continuar con el legado de mis padres y brindar una atención esmerada, personalizada y profesional, incorporando toda la tecnología necesaria para ofrecer el mejor servicio”.

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