El 20 de noviembre, profesionales de la salud de todo el país realizarán distintas actividades de concientización y prevención vinculadas con la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Se puede definir a la EPOC como una reducción persistente del flujo de aire, que empeora con el tiempo y puede agravarse al extremo de ser mortal. De hecho, esta enfermedad causa en Argentina 5.000 fallecimientos por año, y afecta a 2,3 millones de personas, según el Ministerio de Salud de la Nación.
La buena noticia es que, si bien la EPOC es crónica, resulta prevenible y tratable. Pese a ello, dado que sus síntomas se suelen confundir con los del envejecimiento natural, una gran cantidad de pacientes de cierta edad están subdiagnosticados. Según la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) casi el 80% de las personas que sufren la EPOC no lo saben. Si estos pacientes pudieran identificar el problema en etapas tempranas, las distintas intervenciones posibles podrían alterar el pronóstico de la enfermedad, reduciendo los riesgos de hospitalización y llevando a las personas a una mejor calidad de vida.
Por tal motivo, para concientizar a la población y a los profesionales de la salud sobre esta problemática, el segundo o tercer miércoles de noviembre (este año será el miércoles 20) tiene lugar el Día Mundial de la EPOC, en el cual se llevan a cabo distintas actividades de divulgación y campañas preventivas.
¿Qué hacer?
Si bien el diagnóstico y manejo de esta enfermedad debe estar a cargo de médicos especializados, es mucho lo que el farmacéutico puede aportar desde su rol:
1) Concientizar sobre la relación directa entre el tabaquismo y la EPOC. El tabaco es la causa principal de esta enfermedad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los fumadores crónicos tienen un 80% de posibilidades de padecerla; es por eso que fomentar al abandono del tabaquismo es un gran aporte a la prevención de la EPOC. El conocimiento detallado de los principales tratamientos de deshabituación tabáquica que comercializan las farmacias es fundamental para poder promoverlos entre los pacientes y ayudarlos a adoptar hábitos de vida saludables.
2) Contribuir al diagnóstico. Sensación de falta de aire, fatiga o dificultad respiratoria son algunos síntomas que pueden alertar sobre la presencia de esta enfermedad. Lo mismo ocurre con la producción de secreciones bronquiales y, a veces, silbidos en el pecho. Ante esos síntomas, nada mejor que recomendar una consulta médica.
3) Brindar información sobre el tratamiento farmacológico. Existen actualmente muchas opciones de tratamientos para todas las etapas de la enfermedad, que tienen como objetivo mejorar la calidad de vida y evitar su progresión. Sin embargo, en Argentina más del 40 por ciento de los pacientes tiene carencias informativas significativas al respecto. Muchas veces quienes acuden a la farmacia a comprar medicamentos específicos ignoran algún aspecto vinculado con la posología, la forma de uso o la duración del tratamiento. El rol del farmacéutico no es suplantar al médico, pero a partir de algunas breves preguntas puede detectar si el paciente sabe todo lo que necesita, o cuenta con información errónea que requiera volver a consultar al profesional que le hizo la receta.
Detección temprana
A todo paciente mayor de 40 años que sea o haya sido fumador, el farmacéutico puede sugerirle, en forma preventiva, que consulte con su médico la posibilidad de hacerse una espirometría. Se trata de un estudio indoloro, rápido y sencillo, que permite detectar la presencia de una EPOC asintomática midiendo los flujos y capacidades del pulmón a través de un soplido.
Se realiza con un espirómetro, que mide la cantidad y la velocidad del aire que pueden inhalar y exhalar los pulmones. Una gran parte de los hospitales y centros médicos llevan a cabo este estudio.