El municipio gironés de Llívia, en España, se ha hecho famoso por la Farmacia Esteve, que data de 1415 y es una de las más antiguas de Europa. Recetarios, morteros y varios artefactos registran la transición de las farmacias entre la Edad Media y la era actual.
Para los interesados en la historia de la profesión farmacéutica, uno de los destinos clave en España es la ciudad de Llívia, en la provincia de Gerona, que alberga una atracción única: la Farmacia Esteve, fundada en 1415, lo que la transforma en una de las más antiguas de Europa. Sus distintos recintos atestiguan la evolución de la medicina y de la preparación de medicamentos durante más de seis siglos.
No se sabe mucho sobre los primeros años de esta farmacia. La documentación oficial más antigua que se conservó data del año 1594. Lo que sí se sabe es que a principios del XVII, la titularidad del establecimiento fue asumida por la familia Esteve. Así se inició un período de casi tres siglos consecutivos en los cuales la farmacia fue manejada por sucesivas generaciones familiares.
En 1942, Antoni Esteve, el último farmacéutico de la familia, decidió mudarse y cerrar el establecimiento. Dado su alto valor histórico, en 1958 su custodia pasó al Ayuntamiento de Llívia, hasta que finalmente, en 1965, la Diputación de Gerona la compró y la transformó en un museo.
Allí se puede observar una interesante colección de albarelos (recipientes de cerámica de forma cilíndrica, que usaban los boticarios para almacenar drogas y preparaciones sólidas o viscosas). En su mayoría son de color azul cobalto. En 1759, el farmacéutico José Esteve pasó a rotular los frascos en frío, siguiendo con la costumbre francesa. Más adelante el uso de los albarelos se masificó, y pasaron a ser simplemente frascos de vidrio con etiquetas de papel. El museo registra todos esos cambios.
Un cordialer (mueble policromado con vitrina, especialmente diseñado para almacenar productos farmacéuticos) muestra cómo se clasificaban y almacenaban las distintas sustancias hace más de tres siglos. Entre otros tesoros, se destaca un armario barroco realizado por el escultor catalán Josep Sunyer en el Siglo XVII.
Hay recetarios de distintas épocas, libros con fórmulas y cajas de madera de los siglos XVII y XVIII pintadas con retratos de sabios y científicos. También se pueden encontrar otros libros antiguos de ciencia y un mapamundi que muestra la procedencia de los distintos ingredientes con los que la farmacia elaboró sus productos durante las distintas etapas de su existencia.
Cada estancia de la farmacia –la sala de atención al público, trastienda y el laboratorio- conserva los elementos más representativos de cada época. Destiladores, morteros y otros artefactos permite recrear cómo se confeccionaban los medicamentos a partir de las prescripciones médicas que se recibían.
En definitiva, se trata de un lugar de visita altamente recomendada para farmacéuticos o estudiantes que quieren conocer de cerca cómo fue evolucionando la profesión en los últimos seis siglos.
Datos útiles
La Farmacia Esteve está ubicada en Carrer dels Forns N° 10. Abre todos los días, de 10 a 20 hs. (en invierno cierra a las 17 hs.). El precio de la entrada es de 3,5 euros. Hay descuentos para jubilados. Los menores de seis años entran gratis, y los que tienen entre 7 y 12 años, pagan sólo 1 euro.