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Tratamientos anticaída: temporada alta

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Los productos destinados a fortalecer el cabello y evitar o retrasar su caída representan un valor distintivo para las farmacias y contribuyen a fidelizar a sus clientes, sobre todo en invierno, cuando las consultas se acentúan.

Si bien los productos destinados a evitar la caída del cabello se venden durante todo el año, existe cierta estacionalidad; durante los meses de mayor frío, se acentúan las consultas. “En esta época, el tema se hace más visible debido a que, en su proceso natural, el cabello se renueva con mayor intensidad”, explican en Eucerin.

El primer mensaje a transmitir a los clientes es que perder algo de cabello periódicamente no implica, necesariamente, la existencia de un problema. Esto puede formar parte del ciclo natural de renovación capilar. Todo depende de la cantidad; si la pérdida de pelo resulta notable, eso puede significar que el cabello está debilitado.

La debilidad capilar es un asunto que puede causar preocupación y afectar la autoestima. En Eucerin agregan que “se trata de un problema que afecta tanto a hombres como a mujeres, y cada vez más personas eligen no sufrir en secreto y buscar ayuda”.

Un problema generalizado

Un estudio de Head & Shoulders señala que la caída del cabello es una preocupación para el 64% de la población mundial, que muchas veces se ve acentuado por la caspa. Cuando la misma no se trata, puede conducir a un cuero cabelludo poco saludable, que deriva en cabellos débiles y susceptibles al quiebre. Además, la picazón del cuero cabelludo es un síntoma de la caspa que normalmente conduce al daño y debilita más el pelo, generando la rotura. Por eso, las consultas por la caída del cabello pueden derivar en recomendaciones de tratamientos anticaspa.

El factor genético

La pérdida de cabello hereditaria es la forma de debilidad capilar y caída del pelo más común, tanto en hombres como en mujeres. Este rasgo se puede heredar del lado de la familia de la madre o del padre. Y si bien se supone que afecta sobre todo a las personas mayores, la afección puede empezar tan pronto como a los 20 o 30 años, e incluso menos.

En el caso de las mujeres, la pérdida de cabello hereditaria rara vez culmina en calvicie. Más que nada, se tiende al debilitamiento del cabello. Esto generalmente se nota cuando se vuelve más delgado, especialmente en la línea del peinado.

“En promedio, las mujeres tienden a presentar pérdida de cabello entre los 20 y los 30 años. Conforme avanza la edad, la disminución de cantidad y grosor del cabello se acentúa. Al llegar a los 60 años ya es evidente”, dicen en Galderma. Y en La Roche-Posay explican que en los hombres, la calvicie (cuyo nombre técnico es alopecia androgenética hereditaria) afecta aproximadamente al 70% de los individuos, y está provocada por un exceso de andrógenos (hormonas masculinas).

Tipos de caída

Por último, cabe recordar que existen dos clases de pérdida de cabello:

  • Caída ocasional o reaccional. Suele durar menos de seis meses. Estrés, cambios climáticos y hormonales, dietas inapropiadas y contaminación son algunas de las posibles agresiones que puede recibir el cabello. Así, fragilizado y desvitalizado, se cae de manera significativa. Aunque este fenómeno sea transitorio, es preferible reaccionar rápidamente a través de algún tratamiento específico.
  • Caída crónica o persistente. Suele durar más de seis meses. Como esta caída es esencialmente de origen genético, es importante consultar a un dermatólogo para que recomiende un tratamiento, a fin de frenar el proceso y fortificar el cabello. Algunas enfermedades pueden también ser al origen de una caída de cabello crónica.

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Consejos preventivos

  1. Usar máscaras acondicionadoras intensivas, especialmente creadas para fortificar las fibras dañadas y evitar el quiebre.
  2. No refregar el cabello durante el secado. Nuestro pelo está en su punto más vulnerable cuando está mojado. Al secar con la toalla, hay que actuar con delicadeza, presionar y secar con toquecitos. Para peinar el pelo húmedo, son mejores los peines de dientes gruesos.
  3. Dieta saludable. Los alimentos con proteínas, como el pollo, el pescado y los lácteos, contribuyen a mantener al pelo firme.
  4. Protección contra el calor y los productos químicos. Hay que evitar el secado a corta distancia y temperaturas muy altas. En materia de shampoos y acondicionadores, lo ideal es usar productos especialmente formulados para ayudar a prevenir la caída del pelo, a fin de evitar agresiones químicas innecesarias.
  5. Masajes. Los masajes del cuero cabelludo ayudan al crecimiento del cabello, ya que estimulan la circulación sanguínea. Aparte de eso, es también una gran forma de liberar el estrés.

¿Mito o realidad?

Es importante hacer algunas aclaraciones sobre ciertas creencias existentes en torno a la caída del cabello:

  • La alopecia es sólo una cuestión estética. No siempre; a veces puede ser un síntoma (sobre todo en las mujeres) de una enfermedad tiroidea subyacente o de una carencia de hierro. Por eso, conviene siempre consultar a un dermatólogo.
  • El estrés provoca alopecia. Es cierto. Se llama alopecia areata, y es provocada por una situación estresante considerable. Se recupera cuando se vuelve al estado de ánimo normal.

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