Tendencias

Low poo, no poo y co-wash: mitos y realidades

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En los últimos años surgieron ciertas tendencias sobre el cuidado del cabello –difundidas sobre todo a través de las redes sociales- que muchas veces son motivo de consulta en la farmacia. Para dar respuestas claras y eficaces, es necesario conocer algunas cuestiones básicas.

Iniciaremos diferenciando las nuevas tendencias de limpieza de cabello:

No poo.

Se podría sintetizar como “no al shampoo”. Propone el abandono de este producto para evitar el efecto supuestamente negativo de algunas de las sustancias químicas que incluyen sus formulaciones, especialmente los sulfatos. En vez de ello, se sugiere utilizar solamente agua, o ingredientes naturales como vinagre de manzana o bicarbonato de sodio.

Las evidencias científicas son contrarias a esta postura. Si bien es cierto que el lavado diario con shampoo puede producir cierta sequedad, el agua, por sí sola, no tiene poder limpiador. Sus moléculas poseen una gran tensión superficial (alta polaridad) por lo que es necesaria la incorporación de una sustancia tensioactiva que disminuya esa tensión para que el agua humedezca la piel y el cabello. Además, los tensioactivos desprenden la grasa y la suciedad y la disuelven, para que sea arrastrada y eliminada.

El cuero cabelludo produce grasa (sebo) que, si no se retira, puede provocar infecciones, sobre todo en personas con patologías en el cuero cabelludo. Por eso, “el mero uso de agua no es positivo”, explican en la Academia Española de Dermatología.

En cuanto al uso de productos naturales, las más habituales son el bicarbonato de sodio, que tiene un pH más alcalino que el del cuero cabelludo y puede causar irritación. Otra alternativa es el vinagre de manzana, que es aún más ácido y también puede ocasionar problemas, además de provocar, con el tiempo, la decoloración del cabello.

Low poo.

Propone reducir el shampoo a un mínimo, ya sea utilizándolo muy espaciadamente, o adquiriendo productos que no contienen sulfatos (formulación low poo).

En L’Oréal explican que los sulfatos “son un tipo de tensioactivos con propiedades limpiadores muy buenas, por lo que son ideales para cabellos grasos”. Por otra parte, se trata de sustancias seguras, reguladas por los organismos de supervisión de distintos países, como la ANMAT en Argentina, o el Reglamento Europeo de Sustancias Químicas en la Unión Europea. En este sentido, los sulfatos están siendo erróneamente perseguidos por los consumidores.

De cualquier manera, L’Oréal, al igual que la mayoría de las empresas líderes, desarrolla tanto fórmulas con sulfatos como sin ellos. “Nuestra misión –explican- es ofrecer productos a nuestros consumidores que respondan a sus necesidades, si bien todos ellos son igualmente seguros y eficaces”.

Para las personas con problemas capilares como dermatitis o psoriasis, la situación es distinta: en este caso, los shampoos low poo que, además de no tener sulfatos, tampoco contienen alcohol, conservantes ni otros activos químicos potencialmente agresivos, pueden ser útiles para evitar la irritación del cuero cabelludo.

Co-wash

Consiste en reemplazar el shampoo por un acondicionador. En L’Oréal explican: “Lavarse el pelo solo con acondicionador no tiene ningún sentido, entre otros motivos porque este producto no ha sido desarrollado para eso, sino para nutrir y aportar suavidad al cabello”.

De cualquier manera, no hay evidencias de que en general este método tengo aspectos negativos, salvo para quienes tienen muy poco volumen de cabello, dermatitis seborreica, acné o cueros cabelludos y pelo muy graso. En ese caso, deberían evitarlo, ya que los cosméticos oleosos o muy untuosos (como el acondicionador) pueden producir un taponamiento de los folículos pilosos.

Conclusiones

  • Como ocurre en todos los ámbitos de la vida, las posiciones extremas no suelen ser las mejores. Evitar el uso de cualquier producto para el lavado del cabello no es una buena política.
  • Siempre es bueno guiarse por las evidencias científica. Los shampoos de marcas reconocidas son dermatológicamente testeados y seguros. A no ser que se perciba alguna consecuencia negativa (en cuyo caso convendría consultar a un especialista) no hay razón para desconfiar.
  • Quienes insisten en evitar los químicos, pueden experimentar con los productos low poo, espaciar más el lavado del cabello o alternar el lavado con productos naturales, y luego decidir según los resultados obtenidos.

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