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Los hombres argentinos y la cosmética

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La relación del hombre con su cuidado personal crece año tras año. Cada vez son menos los que piden prestada una crema a su mujer; hoy tienen sus propias líneas de cosmética masculina.

Más del 90% de los hombres elige personalmente la marca de los productos de cuidado personal que utiliza, según un estudio realizado en la Argentina por L´Oréal. “Tradicionalmente, los hombres siempre consumieron fragancias”, dicen en la empresa. “Pero hoy el boom del crecimiento de productos de belleza está relacionado con otras áreas, como el cuidado de la piel, la cosmética capilar y la coloración”, agregan.

Otro estudio (en este caso, de la consultora D´Alessio/ IROL) indica que cada hombre dedica 10.000 minutos por año a su cuidado personal. Eso significa que una semana de su vida está focalizada exclusivamente en el cuidado de su aspecto físico, sin contar el tiempo que pasa en el gimnasio o haciendo deportes.

Definitivamente, la era en la que el uso de cosméticos era visto exclusivamente como “cosa de mujeres” terminó. El 80% de los hombres ya no cree que esa afirmación sea cierta, según una encuesta de Trendsity y TNS Argentina.

Los siguientes datos ilustran el cambio que se está produciendo en la relación de los hombres con la cosmética:

– El 50% utiliza al menos un producto de belleza, según un estudio de Kantar Worldpanel. En 2001 este porcentaje era 21% y en 1990 apenas llegaba a 4%.

– El 91% considera que el desarrollo de cremas cosméticas masculinas puede ser muy positivo, especialmente las antiarrugas, reafirmantes de abdomen y antibolsas/ojeras.

Las estadísticas también derrumban algunos mitos. Por ejemplo, la creencia de que el hombre soltero es más “coqueto”. Un informe de The Nielsen Company indica que, por el contrario, los hombres están más predispuestos a gastar dinero en productos de belleza cuando están en pareja que cuando son solteros o están solos.

Entre quienes optan por no afeitarse, el cuidado cotidiano de la barba es un hábito al que cada vez se dedica más tiempo, y mayor presupuesto. La franja masculina con mayor tendencia a comprar máquinas eléctricas para cortar y retocar el vello facial –según datos de Tenacta– va de 20 a 25 años, aunque el uso de esos artefactos se extiende hasta los 65 años. La tendencia tiene su epicentro en el nivel socioeconómico ABC1/2.

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