Muchas madres ignoran la existencia de nuevos tratamientos no tóxicos para los piojos o que no dañan ni dejan olor desagradable en el cabello. El asesoramiento al respecto es fundamental.
Marzo es un mes decisivo para las ventas de productos destinados a prevenir y erradicar piojos y liendres, debido a la “vuelta al cole”. Las playas, clubes y piletas que se frecuentan durante el verano suelen ser lugares de contagio, por lo cual la pediculosis es común en los chicos al inicio del ciclo escolar Si bien los principales destinatarios de la categoría son los niños de entre 2 y 12 años, las decisoras de compra suelen ser las madres. La mayoría de las compradoras de esta categoría tienen entre 25 y 40 años y valoran el asesoramiento farmacéutico, pero no siempre expresan todas sus dudas.
A continuación siguen tres temas que el personal debe comunicar eficazmente para impulsar las ventas:
- Despejar el mito de la toxicidad. Por décadas, los tratamientos se concentraron en insecticidas piretroides. Hoy el mercado argentino presenta varias opciones naturales. Por ejemplo, lociones bifásicas que rodean al piojo con un film inmovilizante, paralizándolo y desecándolo en minutos. O productos con Nanopartículas de sílice abrasivas, que producen la muerte de piojos y liendres en forma inmediata y sin riesgo de toxicidad, ya que no contienen pesticidas.
- Promover tratamientos que no afecten al cabello. Muchas madres siguen ancladas en el pasado, cuando los tratamientos dejaban al cabello oloroso o con un look poco estético. Eso ya no es compatible con la coquetería de las niñas actuales. Hoy hay lociones y shampoos infantiles que, al incluir ingredientes naturales (como eucalipto, laurel y citronella) no dañan el cabello ni dejan olores desagradables.
- ¿Erradicar, prevenir o ambas cosas? Durante décadas los productos se centraron en la erradicación de piojos y liendres. Pero hoy gran parte de las ventas se centran en los repelentes y tratamientos preventivos. Es fundamental explicar la importancia de romper el círculo vicioso de infestación, tratamiento y nueva infestación, incluyendo en la rutina productos que impidan el recontagio, o que sean de acción dual (erradicación y prevención).