Llegó el otoño, época en la que se empiezan a acentuar las consultas sobre la vacunación antigripal. Si la farmacia no cuenta con vacunatorio, éste puede ser el momento ideal para para incorporarlo, a fin de brindar un servicio adicional a los clientes.
Con la llegada de los primeros fríos irrumpe la gripe, una enfermedad cuyo nombre genera preocupación en algunos sectores de la población, especialmente ante el recuerdo de la epidemia global que tuvo lugar en 2009, y que causó la muerte de numerosas personas en distintas regiones de nuestro país.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen mundialmente cerca de 5 millones de casos de gripe considerados “graves”. De ellos, entre 250.000 y medio millón derivan en fallecimientos. Esto pone de manifiesto la importancia de la vacunación.
La Gripe A puede prevenirse con una vacuna segura y efectiva que, en Argentina, forma parte del Calendario Nacional de Inmunizaciones desde 2011. Es decir, se brinda en forma gratuita en hospitales y centros de salud públicos de todo el país.
Sin embargo, el desconocimiento sobre la influenza y sus posibles complicaciones, y el temor que algunas personas tienen a la vacuna, lleva a que muchos no se la apliquen anualmente. Esto puede acarrear consecuencias graves, sobre todo para los individuos que pertenecen a grupos de riesgo.
Por otra parte, la vacunación debería producirse cuando la vacuna esté disponible en el país. No hay que esperar a la época invernal; es importante tener anticuerpos cuando empiece a circular el virus. En Argentina, si bien eso ocurre habitualmente durante los meses de invierno, la actividad de la influenza puede ser más precoz y adelantarse. Además, hay que tener en cuenta que el efecto de la vacuna antigripal no es automático. La protección se obtiene, por lo general, a partir de la segunda o tercera semana posterior a su aplicación. En cuanto a la inmunidad, usualmente es de entre 6 y 12 meses.
La vacunación antigripal está recomendada para el grupo de personas más vulnerables o con factores de riesgo de presentar complicaciones en caso de adquirir gripe, explican en el Ministerio de Salud de la Nación. Eso incluye a niños de 6 meses a 2 años, mayores de 65 años, personas con enfermedades cardiovasculares o respiratorias (como asma), pacientes inmunosuprimidos, pacientes que llevan una terapia prolongada con aspirinas, personas con diabetes, insuficiencia renal o trastornos hematológicos, adultos que residen en centros de cuidados crónicos, personal de salud y mujeres embarazadas.
El vacunatorio
Contar con un centro de vacunación en la farmacia no sólo jerarquiza la profesionalidad de la misma, sino que refuerza su rol social de prevención de enfermedades infecciosas, fundamental para la salud de nuestra población. Por otra parte, si se logra una buena relación paciente-profesional, se fideliza a la persona y a su familia.
A la hora de encarar un vacunatorio, los siguientes consejos pueden ser de utilidad:
- El vacunatorio de la farmacia debería tener una identificación clara, un horario de atención extendido y un sector de espera confortable.
- El profesional a cargo debe estar capacitado y entrenado en la práctica de aplicación de vacunas. Es importante que pueda asesorar al paciente o a sus familiares en todo lo relacionado con el tipo de vacuna, con los posibles efectos adversos y la forma adecuada de tratarlos.
- Debe llevarse el registro tanto de los pacientes como de las vacunas aplicadas, para que se pueda tener una historia clínica confiable de las vacunaciones cumplidas a lo largo de la vida.
- Es importante entregar certificados de vacunación al paciente.
- Tener organizado el mantenimiento de la cadena de frío por medio de grupo electrógeno u otras medidas de protocolo, es fundamental. Ante un corte de luz, es imprescindible garantizar la efectividad de las vacunas, con personal capacitado e involucrado en esta tarea.
Equipamiento
El lugar de la farmacia destinado a la vacunación debería contar con los siguientes elementos:
- Una superficie que ofrezca comodidad tanto para el profesional como al paciente, con iluminación natural o artificial (preferentemente amarilla), ventilación por sistema de acondicionamiento y filtrado.
- Pileta de lavado con agua fría y caliente.
- Heladera eléctrica o a gas para uso exclusivo de vacunas, con refrigerantes y sensor de temperatura externo. Planilla de control de temperatura adherida a una de las paredes de la heladera, donde se anoten entre 3 y 4 registros por día.
- Camilla fija con material lavable y cubre-camillas cambiables de tela o papel, de uso exclusivo para vacunación.
- Soporte para toallas descartables. Jabonera con jabón líquido.
- Materiales de consumo. Descartadores de agujas y jeringas, como del resto del material biológico.
- Contrato con una empresa de residuos patogénicos.
Cepas recomendadas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) emite anualmente dos recomendaciones para la composición de la vacuna antigripal; una para el hemisferio norte y otra para el hemisferio sur, en base a la información provista por la Red Mundial de Vigilancia Epidemiológica.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) publicó recientemente el listado de cepas recomendas para el Cono Sur. Se puede consultar AQUÍ. También se difundió el listado de lotes de vacuna liberados para su comercialización. Se puede encontrar la última versión actualizada AQUÍ.