Durante el verano se suele pasar más tiempo al aire libre. Esta exposición a los rayos ultravioleta puede aumentar el riesgo de padecer herpes labial. “Una vez que el virus del herpes simple (VHS-1) ingresa al cuerpo permanece latente en el sistema nervioso, y ciertos factores, como la exposición solar intensa, el estrés o una baja en las defensas, pueden activar un brote”, explica a Esencia la Dra. Johanna Gleiser, médica dermatóloga.
El virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) se transmite principalmente a través del contacto estrecho y directo, como un beso. La Organización Mundial de la Salud estima que el 64,2% de las personas menores de 50 años en todo el mundo están infectadas por este virus, aunque la mayoría de las infecciones son asintomáticas y pasan desapercibidas.
Los síntomas del herpes labial incluyen dolor y quemazón en el área afectada, seguidos de vesículas que se convierten en úlceras y costras, las cuales suelen curarse en dos semanas. En algunos casos, los ganglios cercanos al lugar de la lesión pueden aumentar de tamaño.
En el caso del herpes labial, es importante tomar precauciones durante los meses de verano. “Para prevenir la aparición de los brotes es fundamental proteger los labios utilizando bálsamos labiales con filtro solar, aplicándolos cada dos horas y evitando exponerse al sol durante los horarios de mayor intensidad”, dice Gleiser.
Algunos productos disponibles para protegerse del sol son: el protector labial FPS 50 Dermaglós, del laboratorio Andrómaco, y el labial con manteca de cacao Zono, de Buhl.
Otras opciones son el protector labial Isdin FPS 50+, de muy alta protección para condiciones extremas y el stick de Laroche Posay FPS 50+ para zonas que están sobre expuestas o a las que no les puede dar el sol.
¿Qué hacer ante su aparición?
- Lo primero, según especialistas del Sanatario Allende, es evitar que se transmita a otras partes del cuerpo o a otras personas.
- Aplicar hielo en las lesiones para aliviar el dolor.
- Procurar no tocarse las ampollas.
- No compartir utensilios ni elementos de aseo personal.
- Mantener las manos limpias.
- Evitar los besos y el contacto directo con la piel de otras personas mientras se esté cursando la infección.
“Es importante destacar que, si los brotes son recurrentes y severos, —provocados por estrés u otros desencadenantes— un tratamiento farmacológico de largo plazo puede resultar útil para reducir la frecuencia e intensidad de los mismos”, agrega la especialista.
Por otro lado, según aclara Gleiser, para los casos de pacientes propensos a los brotes de herpes labial que deseen realizar procedimientos como peelings o tratamientos con láser, se puede considerar un tratamiento preventivo con Aciclovir.
“Por último y no menos importante, la consulta con un dermatólogo es clave para definir la estrategia más adecuada según las necesidades de cada paciente”, concluye la especialista.