En el verano, las altas temperaturas aumentan el riesgo del Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), una enfermedad grave, pero en su mayoría prevenible, que se transmite principalmente a través de alimentos contaminados.
“En nuestro país el SUH es la tercera causa de trasplante renal en la población pediátrica”, dice a Esencia Andrea Exeni, pediatra especialista en Nefrología Infantil del Hospital Universitario Austral, quien subraya la importancia de la prevención.
La forma más frecuente de contraer la enfermedad es a través de la ingesta de alimentos contaminados, en su mayoría, con la bacteria Escherichia coli, productora de la toxina Shiga (STEC).
El SUH se puede adquirir por el consumo de carnes —fundamentalmente la carne picada mal cocida—, lácteos que hayan perdido la cadena de frío, verduras y frutas mal lavadas y aguas contaminadas. También se puede dar en natatorios insuficientemente clorados y por contacto directo con personas o animales infectados. “La transmisión de persona a persona se relaciona con la manipulación de las excretas y es cada vez más frecuente”, agrega la especialista.
Prevención
La Dra. Exeni detalla medidas prácticas que pueden implementarse desde el hogar para evitar el SUH:
- Respetar la cadena de frío tanto en las carnes como los lácteos
Un alimento fresco puede permanecer como máximo dos horas en tiempo acumulativo a temperatura inadecuada (4 a 60 grados).
- Guardar los alimentos correctamente
Evitar colocar carne en los estantes superiores de la heladera de modo de prevenir que se derrame su jugo sobre otros alimentos. No guardar alimentos crudos juntos con los cocidos.
- Procesamiento de los alimentos
Lavarse las manos antes de procesar los alimentos. No utilizar los mismos cubiertos con la carne cruda y cocida.
Lavar bien frutas y verduras con agua potable y de no ser posible, con el agregado de 2 gotas de lavandina por litro de agua esperando 30 minutos antes de utilizarla.
- Modos de cocción
Asegurarse siempre que la carne no sea jugosa ni esté rosada o roja en el centro de esta y que la temperatura de la carne haya llegado a los 70 grados.
La leche no pasteurizada o aquella cuya cadena de frío sea dudosa debe hervirse antes de su consumo.
“Es fundamental lavarse las manos después de cambiar pañales, especialmente en guarderías, así como después de ir al baño y antes y después de manipular alimentos”, agrega Exeni.
La prevención se basa en acciones simples y cotidianas. Es crucial difundir información desde la farmacia para prevenir esta enfermedad y evitar sus graves consecuencias.