Salud

Omeprazol de venta libre: qué precauciones tener al tomarlo 

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Desde mayo pasado, el omeprazol y otros medicamentos del grupo de los “prazoles” pasaron a tener condición de expendio de venta libre, según una nueva disposición de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). 

La medida incluye el omeprazol (10 y 20 mg), el lansoprazol (15 mg), el pantoprazol (20 mg) y el esomeprazol (20 mg), en comprimidos y/o cápsulas. Según la disposición, quedan excluidas las indicaciones pediátricas. 

El organismo fundamentó la medida en la larga permanencia en el mercado de estas drogas basándose en la ausencia de reportes de eventos adversos graves en los últimos cinco años y su estatus de venta sin prescripción en agencias sanitarias de alta vigilancia global, como la FDA de Estados Unidos, la EMA de Europa y la AEMPS de España. 

Las precauciones 

El omeprazol (y los demás integrantes de su familia) pertenecen a una clase de medicamentos llamados inhibidores de la bomba de protones (IBP), indicados en quienes tienen enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) -que no es lo mismo que experimentar síntomas de acidez ocasionalmente-, úlceras pépticas, duodenales o gástricas, gastritis erosivas y esofagitis erosiva. También se utilizan para tratar la acidez o evitar esta patología en pacientes que reciben mucha medicación. 

La Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) alertó a la ANMAT sobre los riesgos asociados a la venta de estos medicamentos sin intervención médica y supervisión farmacéutica. Un informe elaborado por Christian Höcht, Profesor Titular de Farmacología en la Universidad de Buenos Aires, y al que tuvo acceso Esencia, resalta tres riesgos sanitarios de los inhibidores de la bomba de protones de venta libre: 

1) Aparición de efectos adversos y toxicidad por la toma de dosis inadecuadas

2) Surgimiento de interacciones farmacológicas con otros medicamentos prescriptos que pueden afectar la eficacia y seguridad del tratamiento de enfermedades crónicas. 

3) Retraso diagnóstico de enfermedades graves con potencial reducción de la expectativa de vida.  

Estos medicamentos parecen ser muy seguros, pero tienen efectos adversos que, aunque son menores, deben tomarse en cuenta, sostuvo Jorge Olmos, jefe de la Sección de Neurogastroenterología, de la División de Gastroenterología del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, en una entrevista en el diario Clarín, realizada en mayo. 

Según el especialista un punto clave es que hay una sobreutilización del 60%. “Hay mucha gente que lo sigue tomando porque sí, porque alguna vez se lo prescribieron, y es un error: un medicamento, por más que sea relativamente seguro, sin indicación, y por mucho tiempo, puede ser nocivo también”, agregó. 

“A veces hay que tomar estos medicamentos en forma permanente, pero en otras solo temporalmente y hay que ver el contexto clínico en el cual se está prescribiendo, cuáles son las comorbilidades, entre otras cuestiones”, explicó. 

El especialista resaltó que son fármacos que deben administrarse con cuidado en personas que tienen problemas de metabolismo óseo u osteoporosis, porque pueden empeorar el metabolismo del calcio. También en quienes tienen diarrea a repetición, colitis por Clostridium difficile, o problemas con el magnesio.  

Olmos recomendó evitar la autoprescripción. “Hay que ir al médico y que sea el profesional el que determine si las debe tomar, por cuánto tiempo y si puede hacerlo por sus condiciones clínicas o hay que reemplazarla por otro tipo de medicación, como la famotidina”, dijo. En esta misma línea, el informe de COFA, al que Droguería del Sud adhiere, subraya la importancia del profesional farmacéutico como primer punto de contacto para el uso seguro y efectivo de los medicamentos de venta libre. 

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