La percepción de los argentinos sobre su propia salud cae año tras año. Eso genera un terreno propicio para impulsar los productos vinculados al bienestar, que en el mundo crecen al 14% anual.
Un estudio realizado este año por la consultora Voices! reveló que las opiniones sobre el propio estado físico, el peso, el estrés y la calidad del sueño se han deteriorado.
La inflación y la incertidumbre social disminuyeron la percepción de salud, y generaron como reacción una mayor búsqueda de productos y servicios vinculados con el bienestar.
Se trata de un fenómeno mundial. Según el Global Wellness Institute (Instituto Global del Bienestar) los productos vinculados a esta tendencia vienen creciendo al 14% anual desde 2020, y se estima que de aquí el 2027 crecerán un 52% adicional.
El ranking de crecimiento anual lo lideran los servicios, especialmente el turismo vinculado al bienestar, que registra un boom (36,2% de crecimiento anual). Le siguen los spas (con una suba de 22,3%). Los que se relacionan con la actividad física, crecen al 14% anual; la belleza y el cuidado personal (que también se relacionan con el bienestar), al 8,5%. Y los alimentos saludables, la nutrición y los productos para el control de peso, vienen creciendo al 6,7% anual.
Una oportunidad latente
Según el mencionado estudio de Voices!, la autopercepción positiva sobre la salud en Argentina cayó de 86% en 2018 a 72% en 2024. Aunque el porcentaje sigue siendo relativamente alto, la tendencia declinante evidencia la existencia de un sector de la población que busca recuperar su nivel de bienestar de otras épocas.
Las farmacias son el canal por excelencia a la hora de satisfacer la demanda de los distintos segmentos, dado que abarcan todos los rubros que la conforman, y cuentan con el asesoramiento de los profesionales farmacéuticos, dermoconsejeras y especialistas dispuestos a brindar un adecuado asesoramiento.
A continuación, sigue una descripción de los resultados de la encuesta de Voices!, junto con las categorías que las farmacias pueden aprovechar para promover.
■ Control de peso. Productos a promover: Se destacan los suplementos dietarios para el control de peso y los alimentos saludables. También existen accesorios vinculados, como las balanzas corporales. Muchas de las balanzas digitales que se venden hoy en las farmacias brindan datos adicionales, como el cálculo del índice de masa corporal, o el porcentaje estimado del peso que corresponde a tejido adiposo.
■ Calidad del sueño.
Productos a promover: suplementos e infusiones relajantes que facilitan el sueño (por ejemplo, los que incluyen tilo o valeriana). También hay inductores del sueño de venta libre basados en melatonina y passiflora. Si se cuenta con el espacio suficiente, se pueden promover accesorios vinculados con el sueño del viajero, como antifaces o almohadillas.
■ Estrés.
Un dato interesante: el estrés es mayor en las mujeres que en los hombres. La franja con mayor nivel de estrés “malo” a “muy malo” es la de las mujeres de 18 a 24 años, con 78%. Entre los hombres de ese grupo, el porcentaje es 66%.
Por su parte, los niveles más bajos se encuentran a partir de los 65 años, donde el 41% de las mujeres califica su estrés negativamente, contra el 29% de los hombres.
Productos a promover: aquí también se incluyen algunos de los productos ya mencionados para mejorar la calidad del sueño a los que se agregan suplementos más específicos para la relajación muscular e intelectual. A eso se pueden sumar infusiones relajantes, aromatizadores y difusores.
■ Estado físico general.
Principalmente, todos los vinculados con el ejercicio físico, como accesorios para fitness; tobilleras y vendas, y suplementos para mejorar la performance deportiva.
Pero no todo es actividad física. Según la edad y la condición de la persona, también hay otras necesidades vinculadas con un estado saludable que pueden ser satisfechas por las farmacias. Como la sal baja en sodio o algunos productos sin lactosa. A eso se suman suplementos diseñados con objetivos específicos, como mantener en forma el sistema inmunológico; preservar la salud ósea y articular; fomentar la concentración o la memoria y fortalecer las uñas y el cabello.
Productos impulsivos
La tendencia al bienestar se vincula también con el llamado consumo de gratificación. Un alto porcentaje de las personas busca regalarse momentos de tranquilidad y placer, consentirse o darse algunos permitidos que normalmente no figuran en sus planes.
Esto posibilita ofrecer una gama amplia de productos de distintas categorías, desde snacks y golosinas saludables, hasta artículos de belleza y cuidado personal.
En definitiva, la tendencia al bienestar llegó para quedarse; es relativamente inmune a la crisis, y genera distintas oportunidades para numerosas categorías, que pueden ser estratégicamente capitalizadas.