Prevención

Uso racional de antibióticos: el rol del farmacéutico

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La creciente resistencia de las bacterias a los antibióticos pone al mundo en riesgo. Para tomar conciencia de esa situación, del 18 al 24 de noviembre la Organización Mundial de la Salud celebra la “Semana mundial de concientización sobre el uso de antibióticos”.

Un siglo atrás, las infecciones eran la principal causa de muerte en todo el mundo. A partir de que en 1928 Alexander Fleming desarrolló la penicilina y dio origen a la era de los antibióticos –por lo que años más tarde obtuvo el Premio Nobel de Medicina- esa situación se revirtió. Sin embargo, hoy el mundo corre el riesgo de perder el terreno ganado. La creciente resistencia a los antibióticos hace que hoy estemos “en camino a un período de infecciones mortales graves similares a los de la era anterior a su aparición”, afirman en la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los procesos de selección natural y adaptación genética de las bacterias hacen que progresivamente se vuelvan más resistentes a los fármacos de uso común. Un dato clave: en el desarrollo de una generación humana (25 años) se desarrollan 50.000 generaciones de bacterias, con posibilidades de cambios evolutivos, genéticos, moleculares y proteicos que pueden incrementar su resistencia. Hoy, ese proceso se está acelerando de forma exponencial debido al uso excesivo o inadecuado de los antibióticos. La generación de un cambio entre la población y los profesionales de la salud es uno de los grandes desafíos sanitarios de este siglo.

El aporte de la farmacia

La Federación Farmacéutica Internacional (FIP) emitió las siguientes recomendaciones: ■ Instruir a todo el equipo de trabajo para que no venda jamás antibióticos sin receta. ■ Concientizar sobre el hecho de que muchas enfermedades infecciosas comunes -como la gripe y los resfríos- no son producidas por bacterias. Por ende, el uso de antibióticos no solo es inútil, sino que facilita la selección y proliferación de microorganismos resistentes. ■ Comunicar a la población que los restos de antibióticos en los botiquines caseros suponen un grave riesgo para la salud, no solo porque su uso posterior es peligroso, sino porque además fomentan la automedicación. ■ Recalcar a todo paciente al que se dispensa un antibiótico, la importancia de cumplir el tratamiento completo prescrito por el médico, aunque se mejore antes. Si se interrumpe, se corre el riesgo de que la bacteria vuelva a multiplicarse y sea más resistente, produciendo así una infección aún más grave. Podes leer acá el texto completo de la declaración de la Federación Farmacéutica Internacional sobre la resistencia a los fármacos antimicrobianos.

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