Las relaciones humanas son complejas, y en los equipos de trabajo muchas veces se generan conflictos o malestares que podrían ser evitados.
Los conflictos son un componente inevitable de todos los ámbitos de interacción humana, incluyendo el laboral. Por ende, es natural que surjan conflictos dentro del equipo de trabajo de las farmacias. Cada colaborador observa el mundo desde su punto de vista personal, cargado de subjetividades.
Existen cinco principios básicos que resultan útiles para prevenir situaciones incómodas:
1. Todos quieren ser tratados siempre con dignidad y respeto. Si varias personas le pidieron que no les grite, debe entender que su tono de voz suena agresivo, por más que sienta que no esté gritando.
Si ve que un colaborador está molesto por algo que para usted no tiene sentido, intente ver el problema desde el marco de referencia de esa persona, o pídale que clarifique la cuestión.
2. La gente prefiere que le pidan las cosas y no que se las ordenen. Pedir algo es un signo de respeto; ordenarlo sin miramientos puede resultar molesto. Lo ideal es comenzar con oraciones como “¿Qué te parece sí…?”, “Sería ideal que les des prioridad a…” o “¿Por qué mejor no hacés primero…?” Cada persona debería llegar por sí misma a la conclusión de lo que tiene que hacer.
3. La gente quiere saber por qué le dice o le pide algo. Explicar a los colaboradores el por qué es otro signo de respeto hacia ellos. Así como los médicos que desarrollan relaciones perdurables con sus pacientes suelen ser aquellos que explican el por qué de sus indicaciones, lo mismo ocurre con los líderes de los equipos de trabajo. Se estima que las explicaciones previas desmantelan el 70% de los conflictos o discusiones potenciales. El sólo hecho de dar una explicación muchas veces genera una predisposición positiva.
4. Las opciones son preferibles a las amenazas. Ofrecer alternativas y opciones es mejor que dar un sólo curso de acción y amenazar a la gente con lo que le puede ocurrir si se aparta de ese rumbo. Las amenazas siempre representan un ataque a la autoestima. Enfóquese en los resultados y no en los procesos que cada persona elige para arribar a los mismos.
5. La gente quiere tener otra oportunidad para hacer las cosas bien. La equivocación es una fuente de aprendizaje. Si el líder no permite que su gente actúe, decida y se equivoque, le estará robando la oportunidad de aprender. Además, cuando el titular no fomenta que su equipo se sienta libre y con confianza para tomar decisiones, puede terminar saturado de tareas que no logre cumplir eficazmente.