El 19 de octubre es el Día Mundial del Cáncer de Mama, enfermedad que provoca en nuestro país 5.600 muertes anuales. Mientras dure la pandemia, ¿deberían modificar las farmacias sus recomendaciones preventivas?
Cada año, se detectan en Argentina cerca de 21.000 casos de cáncer de mama, un mal que representa la primera causa de muerte por tumores en mujeres, cuya letalidad puede disminuir en forma significativa a través de la prevención. Las estadísticas muestran que, si la detección se realiza en fases iniciales, la supervivencia a esta enfermedad alcanza el 95%. Las farmacias suelen cumplir un importante papel en los esquemas preventivos, recomendando medidas como la realización de una mamografía anual y autoexámenes mamarios mensuales. ¿Cómo impacta la pandemia en estos esquemas preventivos? ¿Se mantienen los criterios que estaban vigentes hasta marzo de este año? En la Sociedad Argentina de Mastología (SAM) actualizan continuamente las recomendaciones en función de la evolución de la pandemia. Al cierre de esta edición, los lineamientos eran los siguientes: ■ En la prevención primaria (donde se busca disminuir el riesgo de aparición de la enfermedad en mujeres sanas) la demora excesiva en las consultas puede acarrear riesgos mayores a los que se pretende evitar. “Sugerimos a quienes hayan retrasado sus controles, retomar los mismos, de manera de no perder la posibilidad de la detección temprana”, señalan en la SAM. Aunque aclaran que, dada la disímil situación epidemiológica en distintos puntos del país, esta sugerencia se aplica a las localidades donde el índice de contagios de Covid-19 se mantiene estable o con tendencia a la baja. En las zonas donde se esté experimentando una suba en la cantidad de casos, conviene consultar al médico sobre la conveniencia de mantener los controles de rutina. ■ En la prevención secundaria (que tiene lugar cuando ya se manifiestan síntomas) es fundamental –si todavía no hay diagnóstico- la consulta con el especialista, quien determinará la importancia del cuadro y cómo resolverlo. Eso no implica necesariamente asistir a un centro de salud; muchas consultas son resueltas por teléfono o videocharlas. La sola comunicación con el médico puede brindar tranquilidad. Para las pacientes ya diagnosticadas y pendientes de iniciar o terminar sus tratamientos, la consulta con el especialista es impostergable, sobre todo si son personas inmunodeprimidas. Aquí la ecuación es más compleja. ■ En casos de prevención terciaria (personas que padecieron la enfermedad y que buscan evitar la reaparición), la sugerencia es, nuevamente, la consulta médica a distancia, como primer paso. Las pacientes que fueron tratadas oncológicamente y se encuentran libres de enfermedad, tienen el mismo riesgo de contraer el Covid-19 que la población general. “Por lo tanto, para determinar su rango de riesgo se debe evaluar la edad y la coexistencia de otra patología”, concluyen en la SAM.