Como todos los años, el 11 de agosto se celebra en América Latina el Día del Nutricionista. En momentos en que el aislamiento social obligatorio modifica los hábitos cotidianos, el farmacéutico puede cumplir un rol clave a la hora de asesorar y recomendar alimentos saludables y suplementos dietarios.
La Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud del Ministerio de Salud muestra que los patrones alimentarios de los argentinos han empeorado en las últimas décadas. El consumo de sodio y el de azúcar duplica el máximo recomendado. La ingesta de frutas y verduras es muy baja, y la de bebidas azucaradas una de las más altas del mundo. En 15 años, el consumo de energía proveniente de productos ultraprocesados aumentó en nuestro país 53%, en detrimento de los alimentos sin procesar y las comidas frescas o caseras. La cuarentena empeoró aún más esta situación. Desde el inicio de la misma, casi seis de cada diez argentinos subieron de peso, según una encuesta realizada por la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN). Más info ACÁ. El hecho de que las visitas médicas no indispensables hayan caído notablemente desde marzo, sumado a que una parte importante de la población tiene una farmacia cerca de su domicilio, realzan el rol del farmacéutico a la hora de asesorar y promover hábitos saludables. Además, el Día del Nutricionista (que conmemora el nacimiento del médico argentino Pedro Escudero, pionero en el desarrollo de estrategias nutricionales en América Latina) permite realizar acciones temáticas en la farmacia destinadas a promover las ventas de alimentos saludables, suplementos dietarios y nutrición deportiva. Estos rubros pueden ser organizados y exhibidos como si fueran una sola categoría, de tal forma de optimizar su manejo.Consejos para asesorar
- Recuerde que en ningún caso la alimentación por sí misma puede evitar o curar el coronavirus, pero sí puede fortalecer el sistema inmunológico.
- Incluir en la dieta al menos cinco porciones diarias de frutas y verduras.
- Priorizar los cereales integrales (especialmente en harinas, panes y arroz), ya que su poder nutritivo es mucho mayor.
- Elegir productos lácteos (como leche, quesos y yogures) descremados o bajos en grasas. Además, hay que evitar las variedades saborizadas o aromatizadas, ya que agregan una cantidad importante de azúcar.
- Consumir carnes moderadamente. Se recomienda hacerlo tres o cuatro veces por semana. El pescado es la carne ideal, dado que aporta varios ingredientes fundamentales. Le siguen las carnes de ave (como pollo y pavo), la de cerdo, y finalmente, la carne vacuna, que conviene limitar a una vez por semana.
- Incluir frutos secos y semillas, y emplear aceite de oliva. Este tipo de aceite, típico de la dieta mediterránea española, es el más indicado. Las semillas (de girasol, chía, calabaza u otro tipo) también son una excelente opción, siempre que sea naturales o tostadas. Conviene prescindir de las opciones fritas, endulzadas y saladas.
- Evitar los alimentos precocinados y la comida rápida. Debido a su elevada densidad energética (por su alto contenido en grasas y/o azúcares), su consumo no es recomendable. Menos aún en situaciones de cuarentena, donde pueden incrementar la tendencia al sobrepeso, obesidad y otras patologías asociadas.