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Farmacia Alem: diez años en la ciudad más austral

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En sus cien metros cuadrados, esta farmacia de Ushuaia despliega una moderna oferta de productos y apuesta a las ventas por Internet, sin perder de vista su esencia: la atención cordial y personalizada.

El 17 de septiembre de 2009 abrió sus puertas en Ushuaia Farmacia Alem, a la que se podría calificar como “una de las farmacias más australes del mundo”. Fue fundada por el farmacéutico Leonardo Speranza con el apoyo de su esposa, la abogada Valeria Schulz. “Soy porteño de nacimiento pero viví aquí desde muy chico”, comenta Speranza. “A los 18 años regresé a Buenos Aires para estudiar Farmacia en la Universidad John F. Kennedy. Luego de recibirme, en 2002, volví a Tierra del Fuego”.
Unos años más tarde, pudo concretar el sueño de tener su propia farmacia, que funciona en Leandro N. Alem 2654 y cuenta con 100 metros cuadrados de superficie. El salón incluye góndolas, destinadas a la exhibición de perfumería y dermocosmética. “Ese sector fue siempre un gran aliado de nuestra farmacia. Por eso, le dedicamos un espacio exclusivo, con atención personalizada a cargo de dermoconsejeras, donde además se realizan beuties y sesiones de limpieza facial”, comenta el entrevistado.
“Para estar a la altura de las consultas y dudas que presentan nuestros clientes, participamos asiduamente en todas las capacitaciones y cursos promovidos por Droguería del Sud, que fue nuestro primer proveedor. Desde que abrimos estuvo siempre a nuestro lado, apoyando este proyecto que acaba de cumplir diez años”.
Cuando la farmacia comenzó a funcionar, Ushuaia tenía 56.000 habitantes. Hoy ronda los 75.000; casi 35% más. Eso da una idea de la evolución de esta ciudad, cuyos consumidores demandan cada vez más y mejores servicios. “Esa necesidad de adaptación nos llevó a incorporar la propuesta de comercio electrónico de GPSfarma y BonusPharma. Todo el equipo de nuestra farmacia promociona y explica el funcionamiento de los dos programas, para que los clientes se fidelicen con los mismos”, dice el entrevistado. Eso se complementa con un trato cordial e integral en el punto de venta. “Todos nuestros colaboradores saben que su misión es brindar una atención personalizada a los clientes. Desde el comienzo entendimos que para ganarnos un lugar en el mercado y sostenerlo en el tiempo, debíamos atender con precisión a las demandas y necesidades de quienes nos consultan”, comenta Speranza.
La primera década de Farmacia Alem arroja un balance muy positivo para sus fundadores. “Con mi esposa, hemos vivido momentos inolvidables y cosechamos una infinidad de anécdotas. Vivimos situaciones como pasar la Nochebuena en la farmacia por estar de turno. Pero siempre con la convicción de que vamos por el camino correcto”, concluye el entrevistado.

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