Basándose en la teoría de las inteligencias múltiples, el especialista Michael Gelb identificó en la vida de Leonardo Da Vinci siete principios básicos que pueden ser extrapolados a cualquier ámbito de la gestión humana donde haga falta una actitud de apertura al cambio, creatividad y, al mismo tiempo, pragmatismo.
Leonardo da Vinci, el célebre artista y científico al que se le atribuyen decenas de inventos -muchos de ellos adelantados para su época, en la que todavía no existían los medios para construirlos- vivió en pleno Renacimiento. Fue una época de explosión intelectual sin precedentes que, en cierto sentido, se parece a la era actual, en la que grandes cambios tecnológicos y sociales se producen a tal velocidad que a veces resulta difícil adaptarse.
Basándose en los cuadernos de Leonardo, en su obra y en el testimonio de quienes lo conocieron, el escritor especializado en innovación y creatividad Michael Gelb resumió los siete principios que le permitieron al genio florentino manejar sus múltiples actividades y desplegar todos sus talentos.
Los principios de Leonardo pueden enmarcarse dentro de la teoría de las inteligencias múltiples, propuesta en 1983 por Howard Gardner y ampliamente aceptada en la actualidad. Se basa en que los seres humanos tenemos una amplia gama de capacidades y potencialidades que se pueden emplear de manera productiva, tanto juntas como por separado.
Las siete inteligencias múltiples son: lógico-matemática, lingüístico-verbal, mecánico-espacial, musical, quinestésico-corporal, social-interpersonal y capacidad de autoconocimiento.
Cada una de ellas se activa -o no- en función de los valores de una cultura determinada, de las oportunidades disponibles en ella y de las decisiones tomadas por cada persona y/o su entorno. Así, se derriba la creencia de que podían separarse los procesos mentales racionales de lo intuitivo y lo emocional. El ser humano es un sistema de cuerpo y mente.
En su libro Inteligencia genial, Gelb enumera los siete principios de Leonardo y explica cómo incorporarlos en el día a día para conseguir los propios objetivos tanto en la vida privada como en la laboral:
1) Curiosidad. Es una actitud que consiste en abordar la vida con un interés insaciable y buscar constantemente nuevos aprendizajes. Anotar ideas, pensamientos, emociones y todo lo que surja de la mente sobre cualquier tema estimula este aspecto. La curiosidad puede ayudar a encontrar una solución creativa a los problemas cotidianos.
2) Acción. Es la puesta en práctica. Se trata de llevar las ideas a la acción, con la intención de adquirir conocimiento en base a la experiencia. La clave es ser perseverante y estar dispuestos a aprender de los errores. Guardarse una buena idea no le dará ningún fruto. Ponerla en práctica, en cambio, puede generar cosas positivas. Es imprescindible asumir riesgos; Leonardo falló muchísimas veces y experimentó el desdén de los otros, pero no cesó en la búsqueda de resultados que avalen sus teorías.
3) Sensación. Tiene que ver con el permanente refinamiento de los sentidos para capturar todos los detalles y desarrollar la intuición. La utilización de los cinco sentidos en conjunto contribuye a una experiencia más rica y completa. Genere experiencias completas; no hay mejor forma para tener una idea acabada de algo.
4) Ambigüedad. Se basa en la técnica pictórica del sfumato (esfumado), que consiste en la transición suave de una zona a otra, obtenida por medio de tonos intermedios, generando colores que son difíciles de definir con precisión. La vida está llena de matices y situaciones complejas. Hay que saber reconocerlas. Si se observa La Gioconda, la obra maestra pictórica de Leonardo, se puede apreciar en la mujer retratada seducción e inocencia al mismo tiempo.
5) Arte y ciencia. Para Leonardo, ambas disciplinas eran inseparables. No se podía entender una sin comprender la otra, ya que existe una relación intrínseca entre ambas. Es por eso que debe haber un equilibrio entre los dos hemisferios cerebrales, el izquierdo y el derecho; el que maneja el pensamiento lógico, y el que tiene a su cargo la creatividad. Eso permitirá pensar la vida de manera integral. Trate de que todo lo que emprenda tenga una cuota de racionalidad y otra de creatividad, vuelo e imaginación. Así, podrá asegurarse que los resultados serán más satisfactorios para todos los involucrados.
6) Corporalidad. Se refiere a la importancia de la condición física. No sólo hay que abocarse al desarrollo de la mente. Es igualmente importante el cuidado del cuerpo. Tenga en cuenta que un cuerpo sano y balanceado es esencial para desarrollar toda su creatividad y productividad.
7) Conexión. Se trata de entender que todas las cosas y los fenómenos están interconectados, por lo que es necesario pensar en términos sistémicos. Esta es la base de la llamada teoría del caos, que postula que no se puede entender correctamente un fenómeno sin estudiar y entender la influencia que el sistema tiene sobre el mismo. Leonardo utilizó este tipo de pensamiento para crear muchos de sus inventos, en los que combinaba diferentes formas de la naturaleza en una interacción armoniosa. Intente enfocar las situaciones puntuales como parte de un todo más grande. Teniendo una visión completa del asunto, entenderá sus causas y sus consecuencias y logrará así tomar decisiones más fácilmente.