Tras 65 años de trayectoria, esta farmacia de la ciudad bonaerense de Olavarría brinda una atención personalizada y mantiene intactos los valores que le imprimieron sus fundadores.
En los años 50, el inmigrante español Ignacio Alvarez, idóneo en farmacia tras haber trabajado varios años en un establecimiento porteño, puso en marcha un local junto con su esposa, la farmacéutica Olga H. de Alvarez. Se llamó La Nueva y funcionó en la localidad bonaerense de Hinojo, donde la pareja se había conocido. En noviembre de 1954, el local se trasladó a la esquina de Belgrano y Moreno, en Olavarría, y adoptó el nombre de Farmacia Alvarez.
La tradición farmacéutica familiar fue continuada por Rosa Alvarez de Alem y luego por su hijo, Jorge Alem, quien se sumó en 1997, un año después de haberse recibido de farmacéutico en la UBA. “Vine a pasar las vacaciones a Olavarría y me quedé para toda la vida”, cuenta Alem, que desde 1999 es Director Técnico y titular.
Con los años, la farmacia atravesó sucesivas remodelaciones para brindar la máxima comodidad a los clientes. “Nos sumamos a la modernidad pero privilegiando la honestidad y la atención personal y profesional”, comenta el entrevistado. Más allá de lo medicinal, la farmacia ofrece un amplio surtido de perfumería y dermocosmética, con asesoramiento profesional.
“La cuenta en Droguería del Sud la abrió mi abuelo, quien admiraba a Silvio Macchiavello”, cuenta Alem. “Recuerdo haber realizado, en mis épocas de estudiante, una visita guiada a la planta de la empresa en Humberto Primo; quedé sorprendido por la magnitud de su logística. Hoy aprovechamos las novedades y servicios que la droguería nos ofrece y nos sumamos al e-commerce a través de GPSfarma y BonusPharma”.
Actualmente, el equipo de trabajo de la farmacia se completa con la farmacéutica auxiliar Jimena Erramouspe (quien se desempeña allí desde 1999), Mariela Cisneros, Claudia Iturralde, Diego Lebrero (presente desde 1996) y Verónica Nasello. “Ellos son el corazón del negocio y ponen siempre el bienestar del equipo como prioridad. Eso deriva en una agradable convivencia y en una mejor atención al público”, comenta Alem. Y añade que es común que se acerquen clientes de 80 o 90 años y les cuenten anécdotas del pasado. O que personas que iban allí de niñas, hoy vayan a comprar con sus hijos. “Desde hace 65 años, estamos para cuidarte. Ese es nuestro slogan”, concluye el entrevistado.