El 30 de noviembre de 1918 nació el doctor Silvio Macchiavello, fundador de Droguería del Sud. A lo largo de sus casi 90 años de vida, se transformó en un referente indiscutido de la industria y la distribución farmacéutica argentina.
El 5 de septiembre de 2008, una noticia sacudió al mundo farmacéutico: el fallecimiento, a los 89 años, del Doctor Silvio Sebastián Macchiavello. Los más de 1.000 mensajes de pesar y congoja procedentes de empresarios y dirigentes de todo el país que se recibieron en los días siguientes, fueron el mejor testimonio de sus logros y su calidad humana.
Se había criado en Olivos, donde su familia se mudó cuando él nació, el 30 de noviembre de 1918. Allí se lo recuerda por sus logros deportivos: jugó en el Olivos Rugby Club y fue capitán del equipo de primera división que salió campeón en 1937.
En 1938, un año antes de graduarse de Químico Farmacéutico en la Universidad de Buenos Aires, comenzó a trabajar en la farmacia La Franco Inglesa. Con el tiempo fue su Director Técnico y luego su Gerente General. “En 1950 me pareció que ya había llegado el momento de mi independencia”, relató el propio Macchiavello durante una entrevista. Ese mismo año compró una pequeña droguería que contaba con apenas 20 clientes y seis empleados. Al año siguiente, Droguería del Sud ya tenía 40 empleados, 200 clientes y operaba con todos los laboratorios.
Funcionaba en México 1932. “Alquilábamos un edificio con un sótano y dos pisos. Todo era muy chico”, explicó su fundador. Cuatro años más tarde, le compró la parte a su socio inicial e inició la etapa de mayor crecimiento. “Las farmacias nos elegían por el precio, por la buena atención que brindábamos y por el stock que se volvía cada vez más completo. El hecho de venir del rubro farmacéutico me sirvió mucho”, señaló.
En 1967, Droguería del Sud se mudó a un edificio de 13.000 metros cuadrados, que hoy funciona como casa central, en Humberto 1° 1868.
Con el objetivo de brindar un mejor servicio en todo el país, en 1988 se abrió la sucursal de Córdoba. En 1994 le siguió la de Santo Tomé (Santa Fe) y en 1999 abrieron las sucursales de Corrientes y Bahía Blanca. En 2003 se inauguraron instalaciones propias en Neuquén y en Mar del Plata, y en 2008 en Mendoza.
Para Don Silvio, ser pionero en tecnología aplicada a la industria era una prioridad. Fue así como en 1994 se inauguró en la sede central un sistema de preparación automático de pedidos, el primero de América Latina. Las máquinas fueron compradas en Austria.
De haber vivido unos años más, el doctor Macchiavello hubiera contemplado con enorme orgullo la apertura del Centro de Operaciones de Avellaneda, en 2016, que consolidó a Droguería del Sud como una compañía a la vanguardia mundial en tecnología de almacenamiento y preparación de pedidos. Asistieron a la inauguración el Presidente de la Nación, Mauricio Macri; la Vicepresidenta Gabriela Michetti y la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.
La creación de Temis Lostaló
En 1968, el doctor Macchiavello compró una distribuidora llamada Temis. Once años más tarde, en 1979, adquirió el Laboratorio Lostaló, que contaba con productos ampliamente reconocidos, para el aparato respiratorio (la línea Aseptobrón) y derivados del magnesio (la línea de Total Magnesiano). Inmediatamente unió a las dos empresas, dando origen a Laboratorios Temis Lostaló, que en 1987 inauguró una moderna planta de 12.000 metros cuadrados en el barrio de Barracas.
En 2001 la empresa puso en marcha una planta de síntesis de drogas, que le permitió ingresar en el mercado de la fármaco-química. Hoy se destacada en rubros como cardiología, neuropsiquiatría, urología y diabetes, exportando a varios países. Además, es líder en insumos para radiología y diagnósticos por imágenes (donde participa con 70% del mercado local) y posee la representación de tres laboratorios del exterior.
Una familia con ADN empresarial
Silvio Macchiavello tuvo cinco hijos, a quienes procuró inculcarles siempre el espíritu emprendedor que lo caracterizó. “Nos transmitió su curiosidad por saber y probar cosas nuevas de la vida, su capacidad de diferenciar lo importante de lo superfluo”, explican sus hijas, quienes en los años 70 se comenzaron a incorporar a Droguería del Sud, ocupando distintos cargos directivos, hasta liderar las áreas clave de la empresa.
Tras el fallecimiento de su padre, en 2008, desde el directorio asumieron la responsabilidad de profundizar el proceso de crecimiento y modernización tecnológica gracias al cual hoy Droguería del Sud sigue siendo la empresa líder de su rubro.Silvio Macchiavello tuvo cinco hijos, a quienes procuró inculcarles siempre el espíritu emprendedor que lo caracterizó. “Nos transmitió su curiosidad por saber y probar cosas nuevas de la vida, su capacidad de diferenciar lo importante de lo superfluo”, explican sus hijas, quienes en los años ´70 se comenzaron a incorporar a Droguería del Sud, ocupando distintos cargos directivos, hasta liderar las áreas clave de la empresa. Tras el fallecimiento de su padre, en 2008, asumieron la responsabilidad de profundizar el proceso de crecimiento y modernización tecnológica gracias al cual hoy Droguería del Sud sigue siendo hoy la empresa líder de su rubro.
La participación institucional, una ocupación constante
El doctor Silvio Macchiavello fue un protagonista y activo participante en diferentes instituciones industriales, comerciales y de salud. Ocupó la vicepresidencia de la Cámara Argentina de Comercio en diferentes períodos. Ha sido miembro del Rotary Club y Secretario de la Fundación Cardiológica.
También fue Presidente de la Fundación Max & Nancy Bardin, dedicada al tratamiento del cáncer. Como tal, en marzo de 2002 cortó las cintas inaugurales de un área de Radioterapia de Alta Complejidad en el Instituto Angel Roffo, íntegramente construida por la Fundación. Por su labor recibió varias distinciones, entre ellas el Premio Konex 1988, en la categoría Empresarios de Comercio.