Tras la reciente apertura de una sucursal de 100 metros cuadrados, esta farmacia, fundada hace 33 años en la localidad cordobesa de Sampacho, brinda una completa oferta de productos y servicios a los 9.000 habitantes de la zona.
En abril de este año, la farmacia Arán, de la localidad de Sampacho, abrió una sucursal en la intersección de San Martín y Colón. Este local –en el que medio siglo atrás había funcionado otra farmacia, cuya fachada original se buscó respetar- cuenta con una superficie de 100 metros cuadrados, y se suma a la casa central, ubicada a una cuadra de la plaza central, que funciona desde septiembre de 1984.
Su historia se remonta a principios de los años ‘80. Todo comenzó cuando el farmacéutico Daniel Arán y su novia Nora (estudiante de Bioquímica en la Universidad Nacional de San Luis), decidieron casarse y establecerse en un lugar que a ella le permitiera seguir estudiando. Así, surgió la posibilidad de alquilar una farmacia en Sampacho, a 170 kilómetros de la capital puntana. “Empezamos sin nada, y con todo tipo de limitaciones. Pero teníamos sueños y ganas de trabajar”, recuerda Arán.
Hoy, ambas farmacias cuentan con un estilo moderno y poseen la misma identificación de marca, aunque su fundador explica que “no somos una cadena; sólo compartimos el nombre y un mismo concepto”.
La perfumería (nacional e importada) y la dermocosmética conforman una de las especialidades de la farmacia. La otra es la ortopedia, necesaria en una zona agrícola, de trabajo duro al aire libre, donde abundan las lesiones. Alquilan desde sillas de ruedas y andadores, hasta grúas para levantar pacientes. “Pero nuestra columna vertebral son los medicamentos”, dice Arán. “Hace varios años que somos clientes de Droguería del Sud. Además de que nos brinda un buen servicio, tenemos una relación que se fue enriqueciendo con la confianza mutua”.