El farmacéutico puede cumplir un rol clave a la hora de lograr la adherencia del paciente a los tratamientos contra el asma que le indican los médicos. Asesorar sobre el correcto uso de inhaladores, por ejemplo, es fundamental.
Es asma -una enfermedad tratable pero poco diagnosticada- ocasiona más de 15.000 hospitalizaciones por año en todo el país. Esta dato resalta la importancia del Día Mundial del Asma, que desde hace dos décadas, tiene lugar el primer martes de mayo.
Esta fecha fue concebida con el sentido de concientizar a la población general del gran problema que dicha enfermedad genera a nivel mundial y cuáles son las repercusiones locales de la misma. Además, tiene como objetivo alentar a quienes la padecen para que adopten conductas que les permitan tener su patología bajo control.
En la Argentina, la prevalencia del asma en la población se ubica en 9,5%, es decir que la padecen 1.383.621 habitantes, según la primera Encuesta Nacional de Prevalencia de Asma, realizada en el año 2015.
Según los datos de ese estudio, los ataques de asma se dan con mayor frecuencia en invierno (55%) y en primavera (48,8%). Además, el 55% de las personas que dicen haber tenido una crisis de asma solicitaron atención en un servicio de urgencia y el 23% fue internado.
Una característica que define al asma es la inflamación de los bronquios, lo que conduce a que se hagan más gruesos y más estrechos y a que sus fibras musculares se contraigan con más facilidad. Los bronquios inflamados son excesivamente irritables y muy sensibles al contacto con distintas sustancias inhalantes y ante determinadas situaciones; esto, en conjunto, se conoce como hiperreactividad bronquial, y puede desencadenar episodios severos.
En comparación con otras enfermedades crónicas, la tasa de mortalidad del asma es relativamente baja. Sin embargo, “uno de los problemas que enfrentan los médicos es lograr una correcta adherencia al tratamiento, ya que en muchas ocasiones, al notar una mejoría, el paciente abandona el tratamiento”, explica el doctor Adrián Lijavetzky, Gerente Médico de la franquicia Respiratoria de GSK Argentina.
Una de las claves para tratar y manejar el asma, señala Lijavetzky, es aprender a reconocer los síntomas, y seguir los siguientes consejos:
- Evitar sustancias irritantes o alérgenos que desencadenen situaciones adversas.
- Realizar ejercicios respiratorios en forma habitual.
- Mantenerse alejado de ambientes con humo y desde ya, no fumar.
- Llevar un tratamiento regular para controlar los síntomas de la enfermedad, inclusive cuando dichos síntomas no se presente. Y no abandonar nunca el tratamiento por cuenta propia; previamente, hay que consultar al médico tratante.
- Aprender a reconocer las crisis de asma y a actuar correctamente durante las mismas.
El rol del farmacéutico
En un informe difundido por la Universidad Kennedy con motivo del Día Mundial del Asma, los farmacéuticos Gustavo Dodera, Susana Migliaro y Laura Racagni, señalan: “Para garantizar la efectividad del tratamiento, los farmacéuticos deben apoyar, guiar y enseñar el uso correcto de los inhaladores, a fin de que la farmacoterapia indicada cumpla los efectos deseados y minimice los adversos o un uso inadecuado”.
“El farmacéutico debe recomendar al paciente el dispositivo de inhalación que mejor se adapte a sus necesidades particulares, ya que no existe un inhalador ideal”, dicen los especialistas mencionados. Y agregan: “Se debe tener en cuenta las preferencias del paciente, para asegurarse de que tome la medicación y no la rechace”.
Toda esta labor se debe realizar en el momento de la dispensa activa. Es decir, cuando se entrega el fármaco al paciente, se lo debe asesorar sobre su uso, conservación y mantenimiento.