La menor actividad física puede contribuir a acelerar la pérdida de densidad ósea, especialmente a partir de los 50 años. Es importante hacer ejercicio y asegurarse una dieta cotidiana que contenga las vitaminas y el calcio necesario.
Una de cada dos mujeres argentinas de más de 50 años y uno de cada cinco hombres mayores de 65, padecen osteoporosis, una enfermedad caracterizada por la disminución de la masa ósea que incrementa la fragilidad de los huesos y, por lo tanto, del riesgo de fractura. En nuestro país, se registran cerca de 90 casos diarios de quiebres de caderas derivados de esa situación, señalan en la Sociedad Argentina de Osteoporosis (SAO). A los 30 años, los huesos ya están completamente formados. A partir de entonces, comienzan a deteriorarse muy lentamente. En el caso de las mujeres, el deterioro puede acelerarse de manera notable tras la menopausia. Para contribuir a la toma de conciencia sobre esta problemática, el 20 de octubre se celebra el Día Mundial de la Osteoporosis, una iniciativa promovida por la International Osteoporosis Foundation (IOF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). En esta época de confinamiento, la falta de ejercicio puede acentuar la pérdida de densidad ósea. Los adultos mayores son los que más se pueden ver perjudicados por tal situación. En esos casos, una rutina de ejercicios hogareños, acompañada por las dosis diarias recomendadas de colágeno, calcio y vitaminas C y D es fundamental. Sin embargo, muchas personas no incorporan con su dieta cotidiana las cantidades necesarias de estos ingredientes. La mayoría de la población ingiere apenas el 20% de la dosis diaria recomendada de calcio. En tales situaciones, el farmacéutico tiene a su disposición para recomendar distintos suplementos de venta libre que contienen todos esos nutrientes. Más allá de eso, desde la farmacia se puede cumplir un importante rol en la promoción de medidas preventivas, que incluye las siguientes acciones: ■ Fomentar la adherencia a los tratamientos. Datos del Ministerio de Salud indican que a los dos años de diagnosticada la enfermedad, solo siguen adelante con sus tratamientos entre un 10% y un 45%, de los pacientes. El resto, los abandona, total o parcialmente. ■ Verificar el buen uso farmacológico. Es importante asegurarse de que el paciente sabe cómo y cuándo tomar su medicación, y detectar cualquier posible interacción negativa con los medicamentos dispensados por otros problemas de salud. ■ Promover la detección precoz de los síntomas de osteoporosis y remitir al paciente al médico cuando así lo requiera. En ese sentido, hay que prestar especial atención a las mujeres perimenopáusicas (es decir, en transición a la menopausia) y brindarles información sobre la sintomatología propia de esa etapa.