En todo equipo de trabajo, la comunicación apropiada es fundamental. Pero en los negocios de familia resulta indispensable ya que, caso contrario, puede surgir una confusión de roles que atente contra la sustentabilidad del negocio.
A diferencia de lo que ocurre en otros países sudamericanos, en Argentina la mayor parte de las farmacias son independientes, y de ellas un alto porcentaje son de tipo familiar. Es común que los cónyuges compartan la titularidad o trabajen juntos en la farmacia. También es habitual la incorporación de los hijos que, a veces, trabajan con la intención de suceder al titular en el futuro, y en otros casos con el simple propósito de hacer un aporte el negocio familiar.
Las empresas familiares tienen sus fortalezas, pero también sus debilidades. Hay ciertas cuestiones que, si no se trabajan adecuadamente, pueden generar roces o problemas entre los distintos integrantes de la familia.
“En todo negocio familiar intervienen simultáneamente tres ámbitos: la familia, la propiedad y la empresa”, explica el consultor especializado Juan Carlos Aimeta. Muchos problemas de comunicación se producen por la dificultad de los miembros de la familia de separar los roles que ocupan en cada uno de los ámbitos mencionados, agrega.
“A veces un miembro de la familia opina sin tener claro dónde está parado. ¿Habla como padre/madre, como titular o como gerente?”, señala Aimenta, quien brinda los siguientes consejos:
- Es necesario separar los roles. Cada uno debe saber en qué limites moverse cuando habla como familiar, como dueño o como gerente. Hay que explicar todas esas cuestiones a todos los miembros de la familia, tanto a los que están dentro como fuera del negocio.
- ¿Puede uno dar órdenes a su cónyuge en el ámbito laboral? Sí, siempre y cuando él o ella tenga claro cuál es su rol allí. Lo mismo pasa con los hijos, los cuñados y el resto de la familia. Sin embargo, lo ideal, para cuidar los vínculos, es evitar que un miembro de la familia dependa directamente de otro dentro del negocio. “Pero si la empresa es muy chica, esa dependencia será inevitable”, explica Aimeta.
- Hay que separar lo familiar de lo empresarial. Uno puede aspirar a tener una familia feliz; pero eso no significa necesariamente una empresa feliz. Por supuesto que hay que propender a la búsqueda del bienestar integral, pero a veces eso no es posible. “Es erróneo creer que la felicidad es parte inherente del trabajo empresario. Hay varios estudios que demuestran la existencia de distintos problemas psicosomáticos ocasionados por la tensión que implica dirigir un negocio”, comenta Aimeta.
Comunicación, palabra clave
Las empresas tienen crisis y las familias también. Es utópico pensar que se puede vivir sin conflictos personales, familiares, empresariales y sociales. “Es preferible enfrentarlos y convivir con ellos adecuadamente antes que negarlos”, dice Aimenta. Y para evitar posibles conflictos por esa causa, la buena comunicación es un elemento clave. Con una comunicación fluida, los desacuerdos son mínimos. La clave pasa por generar un espacio y un temario por tratar en al ámbito familiar y empresarial. Si eso no existe, el conflicto aparece en el lugar inadecuado y en el momento inoportuno (en un festejo familiar, por ejemplo).
Esto pasa con frecuencia. Muchas veces, el espacio de diálogo y de búsqueda de soluciones no está presente. “Somos muy informales”, es la excusa que habitualmente se da.
Generar un espacio apropiado no es difícil. Los integrantes de la familia pueden reunirse dos horas por mes, en un ambiente distendido. Los canales de comunicación deben ser más formales en la medida que la complejidad de la empresa sea mayor.
En el temario de los encuentros hay que diferenciar entre los aspectos que son de la familia (por ejemplo, proyectos y motivaciones individuales) y los que son de la empresa (por ejemplo, la decisión de adquirir un local propio o reformar el actual).
En definitiva, si se logra separar los roles y se trabaja en forma premeditada en pos de una buena comunicación, es posible lograr un sano desarrollo de la farmacia, que minimice los conflictos entre sus miembros, y brinde sustentabilidad de cara al futuro.