El 31 de mayo, la Organización Mundial de la Salud celebra el Día Mundial sin Tabaco. La difusión mediática de esta problemática suele incrementar las consultas. Claves para impulsar la categoría.
La prevalencia del tabaquismo en nuestro país ronda el 23%. Cada año, la mitad de los fumadores tratan de abandonar el hábito, y la mayor cantidad de intentos se realizan entre enero y junio, según el Ministerio de Salud de la Nación.
Las farmacias tienen la doble oportunidad de contribuir al bienestar de la población e incrementar sus ventas a través de un esquema de cuatro pasos:
1. Exhibir la categoría adecuadamente. El hecho de ver los productos desplegados detrás del mostrador puede actuar como disparador de compra o al menos de consulta.
2. Detección. No se trata sólo de asesorar a quienes buscan ayuda, sino de anticiparse, preguntar y aconsejar a los pacientes que presenten indicios de ser fumadores. La medición de presión arterial es un indicador posible de tabaquismo. También lo son las consultas por problemas respiratorios, productos para el mal aliento o productos de higiene oral con blanqueadores.
3. Determinación de la etapa del proceso. Los fumadores se encuentran en distintas fases:
- Precontemplación. No se plantean ningún cambio. En esta etapa están entre el 30% y el 35% de los fumadores.
- Contemplación. Fuman, saben que el hábito es perjudicial y quieren dejarlo, pero no pueden o no saben cómo hacerlo. Rondan el 50%.
- Acción. El fumador inicia algún tratamiento o simplemente intenta dejar el tabaco por su cuenta.
- Concreción. La persona abandona el tabaco.
- Mantenimiento. La persona se mantiene sin fumar.
Esta fase dura un año a partir de la fecha de abandono del hábito. Recién entonces se la puede considerar ex fumadora.
4. Asesoramiento. El farmacéutico debe estar capacitado y saber cuál es el mejor tratamiento en cada etapa. En Argentina, los productos de venta libre incluyen terapias de reemplazo nicotínico, que se presentan en pastillas, chicles o parches. A quienes ya las probaron y no les resultó, se les pueden mencionar los beneficios de las terapias farmacológicas basadas en principios activos como la vareniclina o el bupropión.
Aquí el objetivo no es vender en el momento (estos productos son de venta bajo receta) sino motivar al paciente a que consulte a su médico sobre el tratamiento y, llegado el caso, vuelva más adelante con la prescripción.