Responder con precisión y profesionalismo a las consultas de los pacientes es fundamental para consolidar el posicionamiento de la farmacia y fomentar la lealtad de los clientes.
Responder con eficacia las dudas y consultas de los clientes es, para las farmacias, un valor agregado fundamental. Según un estudio realizado por la COFA en el conurbano bonaerense, que incluyó a establecimientos de distinto tamaño, el 5% de las personas que ingresan a una farmacia lo hacen con el objetivo de realizar una consulta.
El estudio arrojó también otras estadísticas relevantes:
- Las farmacias más céntricas y de mayor tamaño tienen menor demanda de asesoramiento (cerca del 3% de los pacientes hacen consultas). En las farmacias de la periferia, ese porcentaje asciende al 15%.
- El farmacéutico dedica al menos una hora diaria a responder consultas.
- La mayoría de quienes consultan (67%) son mujeres.
- El tiempo promedio dedicado a cada consulta es de cinco minutos.
- Los síntomas menores son la principal causa de consulta, con 47,5% de los casos.
Cambio de hábitos
Algunas cuestiones vinculadas con una supuesta ineficacia de los tratamientos requieren la derivación al médico que originó las prescripciones. Pero en otros casos, los tratamientos no son del todo exitosos porque influyen otros factores que no dependen de la medicación y que el farmaceútico puede detectar. Según el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires, los principales problemas al respecto son:
- Falta de indicación. El paciente necesita indicación de dieta, de ejercicio o de suspender el alcohol, el café, el tabaco u otras sustancias.
- Incumplimiento. Todas las situaciones anteriores fueron indicadas, pero el paciente tiene algún tipo de dificultad para cumplirlas correctamente.
- Problemas de adecuación. El paciente tiene una dieta o un plan de ejercicios y lo cumple, pero dicho plan no es el más apropiado para su patología, por lo que debe ser modificado.