Prevención

Llega el frío: cómo prevenir la piel atópica en niños y bebés 

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Las bajas temperaturas pueden agravar cuadros de resequedad, picazón y sensibilidad. Qué tener en cuenta para proteger la piel de los más chicos y por qué la farmacia cumple un rol clave en la prevención. 

Con el invierno llegan los cambios de rutina, ropa abrigada y calefacción, y también una serie de desafíos para la piel infantil. La piel de los bebés y niños pequeños es hasta un 30% más delgada que la de los adultos, pierde agua más rápidamente y tiene una barrera cutánea aún inmadura. Esto la hace más vulnerable a la resequedad, la descamación, el enrojecimiento y, en algunos casos, a condiciones como la dermatitis atópica. 

¿Qué es la piel atópica y por qué se agrava en invierno? 
La dermatitis atópica es una afección inflamatoria crónica de la piel, de origen genético, que se manifiesta con brotes de picazón, enrojecimiento y resequedad. Aunque puede aparecer durante todo el año, las condiciones invernales —como el aire seco, los ambientes calefaccionados y el uso de agua caliente en los baños— tienden a exacerbar los síntomas. 

Además, factores como la fricción con la ropa, la menor exposición al sol y el uso de jabones inadecuados pueden dañar la ya frágil barrera cutánea, generando un círculo vicioso: pérdida de hidratación, inflamación, picazón, y una mayor propensión a infecciones. 

Recomendaciones clave para el cuidado diario 
Dermatólogos y pediatras coinciden en la importancia de establecer una rutina de cuidado que respete la fisiología de la piel infantil. Algunos puntos destacados: 

  • Baños cortos, con agua tibia (no caliente) y productos de higiene suaves, sin fragancias ni sulfatos. 
  • Secado delicado con toalla de algodón, sin frotar. 
  • Hidratación inmediata después del baño, preferentemente con cremas específicas para piel sensible. 
  • Evitar el sobreabrigo, ya que puede aumentar la transpiración y la irritación. 
  • Usar ropa de algodón y evitar tejidos sintéticos o lanas en contacto directo con la piel. 

La farmacia como aliada del cuidado infantil 

En este contexto, la farmacia se convierte en un punto clave para la prevención y el acompañamiento de las familias. No solo como canal de venta, sino como espacio de consulta confiable para elegir productos seguros y adecuados. Informar, orientar y derivar cuando es necesario es parte del compromiso del equipo de farmacia con el bienestar infantil. 

Durante los meses más fríos, es fundamental reforzar los cuidados de la piel de bebés y niños, tanto para aliviar molestias inmediatas como para prevenir complicaciones futuras. Porque una piel saludable desde los primeros años es también una barrera fuerte frente al mundo exterior. 

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