“El sarampión está latente, no lo hemos superado. Cantamos victoria en 2016, pero en 2018 resurgió”, advirtió a ESENCIA el Dr. Enrique Casanueva, docente de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y Jefe Emérito y consultor del Servicio de Infectología Infantil del Hospital Universitario Austral. La disminución progresiva de la cobertura de la vacunación resulta en cientos de miles de residentes susceptibles a enfermarse.
En lo que va del año, los casos de sarampión en América aumentaron cinco veces en comparación con el mismo período del 2024, según la Organización Panamericana de la Salud. Los brotes se registran en Argentina (con 14 casos reportados en el AMBA hasta el 21 de marzo), Estados Unidos, México y Canadá. La situación es preocupante por ser una enfermedad extremadamente contagiosa: el virus se transmite fácilmente por vía aérea y se calcula que un afectado puede contagiar al 90% de las personas que sean susceptibles a su alrededor.
El Dr. Casanueva advirtió que no sería raro que aparecieran casos en otras provincias, como sucedió en 2018. “En este momento hay brotes en distintas partes del mundo. Con los viajes se transmite mucho más rápido”, señaló.
El sarampión es una de las principales causas de mortalidad en niños pequeños, especialmente en regiones con escasa cobertura de vacunación. Las complicaciones asociadas a la enfermedad incluyen neumonía, encefalitis y ceguera.
“El rol del farmacéutico es muy importante. Que estén entrenados y actualizados con este tema. En muchos pueblos y ciudades son referentes de salud, y donde dispensan las vacunas”, destacó el Dr. Casanueva.
Es fundamental conocer los síntomas y signos de alarma: la fiebre y la erupción, que suele aparecer unos días después del comienzo del cuadro, empieza en la cabeza y se extiende al resto del cuerpo. Otros síntomas posibles son tos, secreción nasal y ojos rojos y llorosos, pequeñas manchas en el área de las mejillas dentro de la boca, diarrea e infección de oído. Una persona infectada puede transmitir el sarampión 4 días antes de que aparezca la erupción, y sigue siendo contagiosa 4 días después del inicio de la erupción.
Las vacunas fundamentales
La primera dosis de la vacuna triple viral (sarampión, rubeola y paperas) se aplica a los 12 meses de edad. El esquema recomendado se completa con la segunda dosis al ingresar a la escuela primaria (5 a 6 años).
“Para reducir el riesgo de sarampión, más del 90% de la población susceptible debe estar vacunada”, explicó el Dr. Casanueva. No obstante, indicó que, según datos del Ministerio de Salud, la cobertura de la primera dosis en la Ciudad de Buenos Aires no alcanza el 70%, mientras que la segunda dosis no llega al 80%.
La población nacida antes de 1965 no necesita vacunarse por ser considerada inmune al virus, debido a la exposición a los brotes de sarampión antes de que se introdujera la vacuna.
En el contexto actual, la recomendación es constatar si se cuenta con dos dosis de la vacuna, especialmente antes de hacer un viaje. Ante la duda, recibir una dosis no hace daño.
Los casos en los cuales está contraindicada la vacuna son:
- Embarazadas
- Menores de 6 meses
- Personas con antecedentes de una reacción alérgica grave (anafilaxia) a componentes de la vacuna.
- Personas inmunocomprometidas o estén inmunosuprimidas
“Vacunarse también es ser solidario con quienes no pueden recibir la vacuna”, enfatizó Casanueva. “Hemos vivido muchas epidemias de sarampión, muchísimos chicos afectados. Uno no quiere volver a ver eso por creencias erróneas sobre las vacunas”, concluyó.